Los reclamos de los líderes pandilleros, excluidos de todo tipo de participación en el Consejo Presidencial de Transición en Haití, complica la gestión de las nuevas autoridades para recuperar la estabilidad, la seguridad y la gobernabilidad en la nación.
Los pandilleros han advertido de que de no dárseles participación en el Gobierno y beneficiarlos con una amnistía no depondrán sus acciones.
Por ahora no solo controlan la mayor parte de Puerto Príncipe, incluida la zona en que está situado el Palacio Nacional, sino que son más numerosos y están mejor armados que la Policía.
Los pandilleros ya amenazaron con seguir con los crímenes, asaltos, secuestros y los actos de violencia con que se han convertido en la principal fuerza social de la asolada nación.
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Entre las condiciones que se establecieron para la instalación del Consejo Presidencial de Transición, que ya escogió al presidente y el primer ministro, se excluye la integración de pandilleros y de personas sancionadas por Gobiernos extranjeros.
La única posibilidad que se vislumbra para que las nuevas autoridades haitianas puedan cumplir con su misión es el despliegue de tropas extranjeras para auxiliar a la Policía en la lucha contra las pandillas.
Por lo demás el panorama es oscuro. Los pandilleros están decididos a echar la batalla si el Gobierno no les garantiza su ración de poder, incluyendo una amnistía para los líderes.