
Roma (Italia), 02/08/2025.- El Papa León XIV (C) saluda a los fieles durante una vigilia de oración por el Jubileo de la Juventud, en Tor Vergata, Roma, Italia, el 2 de agosto de 2025. (Papa, Italia, Roma) EFE/EPA/FABIO FRUSTACI.
Roma. – El papa León XIV presidió la tarde de este sábado el acto más multitudinario de su aún breve pontificado: el Jubileo de los Jóvenes, al que asistieron cientos de miles de personas de numerosos países, a quienes exhortó a «construir un mundo más humano y justo».
«Reflexionen sobre su manera de vivir y busquen la justicia para construir un mundo más humano. Sirvan a los pobres, y así den testimonio del bien que siempre nos gustaría recibir de nuestros prójimos», instó el pontífice, respondiendo a una pregunta.
El papa se desplazó este sábado a la explanada de Tor Vergata, en la periferia de Roma, para presidir una vigilia de oración con miles de chicos y chicas llegados de 146 países de todos los continentes para participar en el esperado Jubileo de los Jóvenes.
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León XIV llegó en helicóptero y después recorrió todo el lugar a bordo del papamóvil, saludando y bendiciendo a los muchos jóvenes que le esperaban con emoción, algunos de ellos llegando incluso a acompañar corriendo a la comitiva pontificia.
Después, tomó la cruz del Jubileo en sus propias manos y encabezó a pie una procesión con decenas de muchachos hasta el escenario en el que presidió el acto.
El papa dedicó la tarde a responder a tres preguntas planteadas por tres jóvenes: en inglés, su lengua madre por ser estadounidense; en español, su idioma adoptivo por sus muchos años de misión y obispado en Perú, su segunda patria, y en italiano.
«Queridos jóvenes, quiéranse entre ustedes, quiéranse en Cristo, sepan ver a Jesús en los demás. La amistad puede verdaderamente cambiar el mundo. La amistad es un camino para la paz», recomendó nada más empezar el encuentro.
La ambigüedad de internet
En la primera pregunta, la joven mexicana Dulce María planteó al pontífice en el escenario cómo se puede construir una amistad sincera o un amor genuino en un tiempo marcado por la tecnología y las redes sociales.

Estas últimas herramientas, sostuvo citando las enseñanzas del papa Francisco, son «una extraordinaria oportunidad de diálogo» pero advirtió de que «resultan ambiguas cuando están dominadas por lógicas comerciales e intereses que rompen nuestras relaciones en mil intermitencias».
«Entonces nuestras relaciones se vuelven confusas, inestables, a veces ansiosas. Cuando el instrumento domina al hombre, el hombre se convierte en un instrumento. Sólo relaciones sinceras y lazos estables hacen crecer historias de vida buena», defendió.
Misioneros de paz
Por otro lado, en el momento de la pregunta en inglés, León XIV reivindicó que el mundo de hoy necesita voces de justicia y paz pero también el del futuro reclama esperanza.
«¡Cuánto necesita el mundo de misioneros del Evangelio que sean testigos de la justicia y la paz! ¡Cuánto necesita el futuro de hombres y mujeres que sean testigos de la esperanza! Queridos jóvenes, ¡esta es la misión que el Señor Resucitado confía a cada uno de nosotros!», instó.
Por eso, León XIV emplazó a los miles de jóvenes que le escuchaban a «buscar la justicia para construir un mundo más humano».
Durante el acto, el pontífice también recordó a los jóvenes que no han podido participar en este multitudinario Jubileo por haber muerto antes de que arrancara.

Desde el escenario citó a la española María Cobo, de 20 años, y a la egipcia Pascale Rafic, de 18, fallecida la pasada noche por un fallo cardíaco cuando viajaba en un bus a la parroquia romana de Artena en la que se hospedaba estos días.
«Digo esto, esta tarde, pensando en dos chicas. María, 20 años, española, y Pascale, 18 años, egipcia. Ambas habían decidido venir a Roma por el Jubileo de los Jóvenes y la muerte les ha acogido en estos días», anunció, apesadumbrado, ante una multitud que rompió en un aplauso.
Asimismo pidió rezar por otro chico español, Ignacio González, que ha tenido que ser ingresado en el hospital romano Bambino Gesu.
La noche en Tor Vergata
La larga jornada en Tor Vergata, el mismo escenario de la histórica Jornada Mundial de la Juventud de Juan Pablo II en el 2000, fue amenizada con espectáculos, la danza del español Sergio Bernal o las voces del grupo Hakuna.

Todo para aligerar la espera de los miles de jóvenes llegados y que abarrotaron la zona (desde el escenario se anunció que la cifra de participación rozaba ya el millón, aunque por ahora no es oficial ni definitiva).
La tarde terminó con coros de «papa León» desde la multitud, a lo que el pontífice respondió: «Reposen un poco. La cita es mañana por la mañana para la santa misa. Felicidades a todos y buenas noches», para después saludar personalmente a algunos muchachos.
Tras esta vigilia, los jóvenes acamparán en la explanada a la espera del broche final, una misa presidida, de nuevo, por León XIV.