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Libre pensar

Libre pensar

Modelo de abnegación política
En un colectivo desmoralizado por el envilecimiento y el latrocinio del erario, traer al escenario las hazañas patrióticas de un dominicano como Aquiles Reynoso Paulino, embellece el alma y modela como arboleda diferenciadora entre los de vida abnegada post-Trujillo y políticos, empresarios, militares y otros malignos de hoy.

Guerrillero, combatiente armado, navegante en praderas clandestinas, estudiante de idiomas en la UASD y de derecho en Unicaribe, ejecutivo y empresario, Reynoso Paulino ha tejido, con un espíritu espartano, una historia rebosante de sacrificios y heroísmo por la libertad y la democracia, y por su digna subsistencia.

Dueño de una inteligencia superior, teórico de excelencia didáctica, analista y organizador, su amor por la Patria y su compromiso con el cambio social y el bienestar colectivo lo han situado, detonando tonadas de guerra y creando conciencia, en montañas, comandos coloniales, colinas urbanas, cárceles, aulas, fábricas y oficinas. En ese itinerario compendió acciones épicas, que se bifurcan y estampan como un sobreviviente en cinco extensiones.

Noviembre de 1963. El Movimiento Revolucionario 14 de junio se alza en armas, en 5 frentes guerrilleros, contra el Triunvirato y por la vuelta del gobierno constitucional del profesor Juan Bosch a la Presidencia. Reynoso Paulino levanta el fusil en el frente Hermanas Mirabal, en la loma La Ceniza, en la Cordillera Septentrional, junto con Homero Hernández, Euclides Morillo, Abel Rodríguez del Orbe, Rafael Chaljub Mejía, Juan Lantigua, José Guzmán, Emil Elías Esmurdoc, Oscar Cabral, Rafael Cruz Peralta, Luis -El Chino- Domínguez, Reyes Saldaña, entre otros.

Más adelante, amarrados y esposados, nueve guerrilleros fueron colocados contra una loma ante cientos de soldados anti-guerrilla, como una jauría de perros salvajes, armados con fusiles Fals semi-automáticos, listos para fusilarlos. En ese instante, el capitán del pelotón en cuestión llegó sudoroso y llamó a la calma. En una mirada reconoció al Dr. Napier Díaz González, el médico de la guerrilla, con quien había estudiado en la secundaria. Ese hecho les salvó las vidas.

Los otros cinco frentes fueron diezmados, entre ellos el del líder más puro y carismático post-Trujillo, Manuel Aurelio Tavarez Justo (Manolo), quien lastimosamente fue ejecutado.

Reynoso Paulino sostiene que la guerrilla fue una inmolación, un gancho histórico, porque las armas que le vendieron al Movimiento 14 de Junio estaban todas defectuosas, en una operación en que participó la CIA. “La mayoría teníamos fusiles Mauser dañados. Los que quedamos vivos fuimos afortunados”.

Reynoso Paulino y sus compañeros estuvieron presos en la dura y difícil cárcel de La Victoria, desde noviembre de 1963 hasta diciembre de 1964. Realizaron dos huelgas de hambre verdaderas, una de ellas conjuntamente con sus familiares, reclamando que los llevaran a juicios. Sólo tomaban agua, y perdió unas 16 libras.