Música y pensamiento
(Rafael Solano. Música y Pensamiento. Crónicas y reflexiones de un músico dominicano. Editado por el Banco Central. Impreso por Sub-Dirección de Impresos y Publicaciones. 278 páginas. Foto de portada: Luis Nova).
Rafael Solano es, en tanto compositor, músico y vocalista, parte crucial de la historia del arte popular dominicano y no solo por haber sido el compositor de Por Amor, la canción dominicana de mayor proyección internacional y de mensaje más alto.
Puertoplateño, Solano nos entrega una obra imprescindible, al llevar al libro la descripción de su vida. En principio la obra, de sabroso sabor autobiográfico, invita a conocerle en un viaje desde su infancia hasta su plenitud como artista veterano y venerable, ese que no ha permitido que los aires de importancia dominen su ego y que es el ser humano vivo, sensible y despierto que sigue siendo.
Pero no es una pieza para ubicarlo como centro de las acciones. Es un libro de reflexiones profundas, sentidas y profundas, que excede en mucho la etiqueta de lo personal.
Ricamente ilustrado, al parecer producto de su conciencia de lo documental, Solano aprovecha la costumbre de muchas familias de antaño de tomar fotos de sus hijos en diversos momentos de su infancia y juventud.
Música y pensamiento, presentado la semana pasada por el Banco Central y en un acto en que nos habría encantado compartir con su autor, es un volumen de crónicas de gran estilo didáctico, con aportes inéditos sobre la vida de un artista dominicano.
Con un notable el dominio del enfoque de narración de su entorno vital y evitando ser el centro de las luces narrativas, Solano ejerce ese rol casi magisterial que lleva al lector por los pasillos encandilantes del disfrute de la música, sobre todo lo referente al jazz, al arte popular y revela información vinculada a los procesos del arte, su rol como gestor de artistas mediante festivales y programas de televisión.
Pero Solano, quien divulga las principales influencias espirituales en su vida, que coronan Jesucristo y Krisnamurti, se evidencia como un ser de vuelos filosóficos y existenciales.
La revista de humor político Fuáquiti, que entrega su sexto número, ha abierto un espacio que demandaba de un proyecto de comunicación que simultáneamente fuera crítica, picaresca, aguda, desligada de todo compromiso partidario y que fijara posturas cónsonas con el interés de la gente de la calle.
Fuáquiti ha impactado. Tiene estilo, concentra cinco artistas del humor gráfico con sentido de su responsabilidad y cuenta con contenidos y entrevistas de gran interés y novedosamente expuestas.
La revista llena un vacío que habían dejado íconos del humor político, entre ellas Cachafú y DDT. Sus 60 mil ejemplares gratuitos le otorgan enorme incidencia.