Una vez más Alfredo Pacheco, presidente de la Cámara de Diputados, muestra y demuestra su capacidad, destreza y sagacidad en el manejo, en la dirección de ese importante órgano de poder del Estado. Entidad que, igual que importante, es bastante compleja y trabajosa para dirigir.
Afirmaciones estas que tienen sustento en la aprobación, y en cómo fue aprobado, el proyecto de ley de extinción de dominio recientemente, el cual llegó a la Cámara de Diputados luego de ser aprobado en el Senado de la República.
Este proyecto ha sido uno de los más intrincados y controversiales conocidos por el Congreso Nacional en los últimos años. Su aprobación es reclamada con vehemencia por la ciudadanía.
Por iniciativa y gestiones de la presidencia de la Cámara de Diputados, fue analizado y discutido hasta lograr consensuarlo con diferentes sectores y personalidades concernidas con el tema en cuestión, de lo que resultó que fuera aprobado luego de que se le hicieran 37 modificaciones. Creo que es un récord en modificaciones realizadas a un proyecto de ley yendo de una cámara legislativa a la otra. En los anales del Congreso Nacional no recuerdo, no tengo conocimiento de un caso igual con ninguna otra legislación.
Diversos sectores, de opinión pública, políticos, sociales, del ámbito jurídico y constitucional, adelantaban que si finalmente la Cámara de Diputados aprobaba este proyecto como le fue enviado del Senado, pues entonces estaba condenado al fracaso, pronosticaban que sería dictaminada su nulidad por el Tribunal Constitucional ante instancia depositada con tal propósito.
Al haber sido modificado, el procedimiento manda el Proyecto otra vez al Senado para ser conocido en única lectura, donde fue aprobado a unanimidad. Esperábamos que así ocurriría por la aprobación de los legisladores de la oposición en la Cámara de Diputados y la receptividad de todos los senadores con las modificaciones para superar el impasse.
Visto los acontecimientos de las últimas semanas en el Congreso Nacional en relación a este proyecto, podemos decir categóricamente, que el mismo fue salvado en la Cámara de Diputados, y ello así, indiscutiblemente, por las gestiones y liderazgo puestos en escena por Alfredo Pacheco. Por lo que podemos decir que todo ese liderazgo social, político y fundamentalmente, legislativo, ha quedado consolidado…
José Vicente Calderón R.
