Tal vez muchos han pensado que el sarampión fue erradicado, pues hace años no se menciona la enfermedad, y aunque los países han logrado considerables avances hacia esta meta, siguen ocurriendo brotes dispersos. A inicios de año la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió sobre un aumento este 2024 del sarampión en Latinoamérica.
El sarampión es una enfermedad viral altamente contagiosa que se propaga a través del aire cuando una persona infectada tose o estornuda. Los síntomas incluyen fiebre, tos, secreción nasal y erupción cutánea. Puede ser grave y, en casos raros, puede causar complicaciones graves como neumonía, inflamación del cerebro y la muerte.
“El virus del sarampión ingresa al cuerpo a través de la nariz o la boca y se propaga a los pulmones, donde comienza a multiplicarse. Luego se propaga a través del torrente sanguíneo a otros órganos, incluyendo la piel y los ojos. Puede afectar gravemente el sistema inmunológico, lo que aumenta el riesgo de infecciones secundarias”, explica la doctora Lyssette Cardona, especialista en enfermedades infecciosas de Cleveland Clinic Florida.
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Según la OMS, en la actualidad la tasa de mortalidad por sarampión, enfermedad que puede afectar a personas de cualquier edad que no hayan sido vacunadas o que no hayan tenido la enfermedad antes, es del 0,2%.
Sin embargo, es importante destacar que el sarampión puede tener complicaciones graves en algunas personas, especialmente en bebés, niños pequeños, adultos mayores y personas con sistemas inmunológicos debilitados, destaca la especialista.
“La mejor manera de prevenir el sarampión es a través de la vacunación. La vacuna es segura y efectiva, y se recomienda que los niños reciban dos dosis de la vacuna. También es importante evitar el contacto cercano con personas que tienen sarampión y lavarse las manos con regularidad para evitar la propagación del virus” dijo, enfatizando a la vez que la razón del aumento actual de los casos se debe a que entre 2020-2022 debido a la pandemia, muchos niños no se vacunaron y permanecen susceptible al virus y otras enfermedades contagiosas.
Agregó además que existen dos tipos de vacunas: la vacuna triple vírica (sarampión, paperas y rubéola) y la vacuna cuádruple vírica (sarampión, paperas, rubéola y varicela).
“Ambas vacunas son altamente efectivas y se recomienda que los niños reciban dos dosis de la vacuna para estar completamente protegidos. La primera dosis se administra a los 12-15 meses de edad y la segunda dosis se administra entre los 4 y 6 años. La efectividad de la vacuna es del 97% después de la primera dosis y del 99% después de la segunda dosis”.
Sin embargo, en raras ocasiones, algunas personas pueden contraer la enfermedad después de haber sido vacunadas. Esto se debe a que ninguna vacuna es 100% efectiva, pero la vacunación sigue siendo la mejor manera de prevenir el sarampión y sus complicaciones.
¿Y si tengo síntomas?
En estos casos la doctora Cardona recomendó aislarse de otras personas para evitar la propagación del virus, descansar y mantenerse hidratado, tomar medicamentos para reducir la fiebre y aliviar los síntomas, como el dolor y la tos. Además evitar frotarse los ojos, ya que el sarampión puede causar conjuntivitis, y consultar a un médico si los síntomas empeoran o si se presentan complicaciones.
En cuanto a las medidas preventivas para resto de los miembros de la familia en el hogar, la galeno sugiere: asegurarse de que todos los miembros de la familia estén vacunados contra el sarampión, evitar el contacto cercano con la persona infectada y sus objetos personales, mantener una buena higiene personal, incluyendo lavarse las manos con frecuencia, limpiar y desinfectar las superficies y objetos que puedan estar contaminados con el virus, monitorear a los miembros de la familia para detectar síntomas de sarampión y buscar atención médica si es necesario.
El pasado mes de marzo el Ministerio de Salud Pública anunció que han fortalecido las medidas de control para evitar casos importados de sarampión, a pesar de que República Dominicana, cuenta con excelente cobertura de vacunación del sarampión, la cual está por encima del 98 %.