El presidente Luis Abinader en su más reciente discurso de aniversario de su Gobierno planteó una serie de reformas a corto y largo plazo que no dejan de ser interesantes para el fortalecimiento material y espiritual del pueblo dominicano.
El mandatario citó las reformas desde un escenario montado en las escalinatas de la Casa de Gobierno, con un reducido público debido a la pandemia. Allí se hizo acompañar de su esposa Raquel Arbaje y sus tres hijas, funcionarios de su gobierno, invitados especiales, así como de una hermosa decoración en donde resaltaba la Bandera Nacional.
Si mal no contabilicé fueron 12 propuestas de reformas en total que esbozó y priorizó el señor Presidente de la República Luis Abinader, las cuales repito, son de mucha importancia para el desarrollo de los diferentes sectores de la vida nacional.
Ahora bien, dentro de la pieza oratoria leída por el Jefe de Estado hubo un tema que se erigió como el gran ausente de la noche: la alusión directa del desembolso del 30 por ciento de los Fondos de Pensiones a los trabajadores.
Eso no debió suceder, la población se construyó expectativas en torno al abordaje de este tema, era el escenario idóneo y el presidente Luis Abinader pudo aprovecharlo para dejar clara su posición ante ese reclamo de las calles que pide a gritos ese dinero.
Ese tema hay que ponerle atención, el licenciado Abinader debe comprender que ese no es un reclamo de un diputado que busca notoriedad, sino que es algo que se ha convertido en una causa de los trabajadores que en cualquier momento amanecerán en la Plaza de la Bandera reclamando sus cuartos.
Los propietarios del sistema financiero y sus soportes ideológicos, así como el Gobierno Central que se resisten a liberar lo reclamado por los dueños de esos fondos deben asimilar eso, comprender eso, ya el pueblo esta empoderado. No lo sigan provocando.
Por: Alberto Quezada quezada.alberto218@gmail.com