Muy altas son las posibilidades, se aproximan al cien por ciento, de que los comicios del 15 de mayo del año entrante sean disputados entre el oficialista Partido de la Liberación Dominicana y el Partido Revolucionario Moderno. Empero, hacer vaticinios en torno a posibles resultados, faltando más de ocho meses, es faltar a la objetividad, por la evolución de los acontecimientos y eventuales circunstancias.
Naturalmente, una entidad política tiene ejes fundamentales que facilitan la formulación de hipótesis. Organización, finanzas y comunicaciones son aspectos básicos en un partido político. Y el PLD no presenta debilidad en ninguno de los tres, aparte de que recibe asesoría de expertos extranjeros del marketing político, los cuales contribuyen al diseño de estrategias electorales.
No es una tarea sencilla enfrentar al PLD, sin debilidades en ningún renglón y carente de escrúpulos en el uso de los recursos del contribuyente. Además, apelaría a sus favorables cortes, entiéndase a la JCE y al TSE, en el hipotético caso de que los números no le cuadren en la recta final de la campaña electoral, ante un pueblo que está harto de los escándalos y exabruptos del partido gobernante.
Es evidente que al PLD, como al campeón mundial en el boxeo, es que hay que ganarle. Es fuerte, aunque no invencible. Si la oposición logra fortalecerse en los ejes esenciales, impactar con una amplia coalición y su candidato conectar más con la población, sobre todo con los segmentos más empobrecidos, las perspectivas de triunfo son reales.
Pero para hacer vaticinios en torno al certamen electoral del año que viene hay que disponer de mayores datos, razón por la que no se puede responder a una persona que recientemente me hizo la siguiente pregunta: ¿Qué porcentaje obtendría Luis Abinader en los próximos comicios? Es imposible ofrecer estadísticas faltando más de ocho meses para el evento comicial.
De todos modos, lo que se observa es que las fuerzas electorales se polarizarían entre el PLD y el PRM. El PRM no tiene la estructura política del PRD del 2008, cuando Miguel Vargas alcanzó un 40%, pero Luis Abinader superaría ese porcentaje por el enorme rechazo que tiene el PLD en la población en este momento.
Hipólito obtuvo un 47% en el 2012 y faltando ocho meses para el evento estaba mejor posicionado que Luis, pero son los días por venir que permiten establecer si supera la votación del 2012 e inclusive si puede ganar en el 2016.