Con la desgracia del Jet Set se solidificó la solidaridad entre los dominicanos. Siempre todas las capas sociales se han unido en momentos de luto para la familia nacional. Ojala y sea un buen indició de concertación y tolerancia permanente.
El país necesita ese diálogo y unidad nacional para hacer frente a los problemas. Ojala esta desgracia mantenga firme la unidad y el acercamiento de cada uno de los dominicanos.
La tragedia del Jet Set doblegó a los espíritus más levantiscos y los hizo meditar sobre lo importante de la solidaridad para con todo el pueblo, y muy en especial los familiares de las víctimas, lesionados o muertos.

Hay que hacer un gran esfuerzo y extender esa solidaridad y unidad por siempre, en especial en la rama política y social, cuando hay grandes y graves problemas de la vida cotidiana que hay que enfrentar.
Hay que agilizar una gran agenda nacional para hacer frente a inconvenientes políticos, sociales y económicos, y muy en especial el expediente de la migración de indocumentados haitianos.

Días antes de la desgracia del Jet Set, el presidente Luis Abinader pronunció un discurso donde fijó una vertical posición para enfrentar la presencia ilegal de haitianos en el territorio nacional.

Es importante que los empresarios den un paso al frente y acaten la ley en lo que se refiere a la contratación de haitianos indocumentados, y tomar las medidas para que los dominicanos se integren a la agro-industria y a la construcción.

Si los dominicanos rechazan realizar trabajos en el agro y la varilla y el cemento argumentando que se les paga poco, será muy difícil corregir la migración irregular.

Los haitianos vienen a la República Dominicana huyéndole al hambre y la miseria, sabiendo que hay trabajo seguro, de subsistencia, pero mejor que en Haití, donde impera la miseria extrema.

Si no hay una concertación, diálogo y buscar soluciones conjuntas entre el gobierno y los empresarios del agro y la construcción será muy difícil que el dominicano retorne a esos medios de producción.

Pendiente también, y para conclusiones urge y se necesita la concertación y la unidad, para controlar el agiotismo, la especulación y los aumentos desbordados en productos de primera necesidad.

Hay que proteger a los consumidores, al gran pueblo, que ve como insoportables los precios de los productos de la dieta diaria. Hay que trabajar en esa línea de que todos puedan comer, porque los comestibles están a precios asequibles.

Por: Manuel Hernández Villeta