Por BERNIE WILSON|
íTictac, Manny! Será mejor poner atención al reloj. El nuevo dispositivo que impone un límite al tiempo que puede transcurrir entre cada pitcheo y turno debutó el viernes durante un calendario limitado de juegos inaugurales de la pretemporada.
Y paradójicamente no fue un pitcher sino Manny Machado, el toletero estelar de los Padres de San Diego, quien cometió la primera infracción.
El dominicano averiguó de primera mano y de una forma indeseable que el reloj no sólo funciona para los lanzadores. No estaba en la caja de bateo en un turno frente a Robbie Ray, zurdo de los Marineros de Seattle, cuando la cuenta regresiva llegó a menos de 8 segundos en la parte baja del primer inning.
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El umpire Ryan Blakney pidió una pausa y cantó el primer strike como sanción a Machado, quien finalizó segundo en la votación al Jugador Más Valioso de la campaña pasada en la Liga Nacional. Machado no dejó que el descuido le arruinara el turno.
Conectó un sencillo con cuenta de 2-1. En su segundo turno consiguió otro sencillo. Y luego, se rio de lo ocurrido. “Ya estoy en los libros de récords al menos. Es algo bueno, no malo” dijo.
“No me molesta estar en cuenta de 0-1 si es que puedo batear dos hits en cada juego. Si las Grandes Ligas buscaban resultados inmediatos con el reloj de pitcheo y las nuevas reglas para acelerar el ritmo de juego, lo lograron.
Los Marineros ganaron 3-2 en dos horas con 29 minutos, un tiempo breve para cualquier encuentro, sea de pretemporada o de la campaña regular.
El manager de los Padres, Bob Melvin, dijo que se acercó a dos dirigentes de las mayores, Morgan Sword y Mike Hill y les dijo después del juego: “Si éste va a ser el ritmo de estos juegos, me parece bien”.
Con el reloj de pitcheo, los peloteros tendrán 30 segundos para reanudar la actividad entre cada turno. Y entre cada pitcheo, los lanzadores dispondrán de 15 segundos cuando no haya corredores en las bases y de 20 segundos si los hay. El pitcher debe comenzar el movimiento para lanzar la pelota antes de que expire el tiempo.
Tras un pitcheo, el tiempo vuelve a correr una vez que el lanzador tiene la pelota de regreso, el cátcher y el bateador están en el círculo que rodea el plato y no hay alguna situación que impida la reanudación. Los bateadores deben estar en la caja y alertar al pitcher cuando resten al menos ocho segundos en el reloj.
Un bateador puede pedir una pausa por turno, lo que detiene la cuenta regresiva. Cuando un pitcher no hace el lanzamiento a tiempo, la sanción es una bola automática. Si el bateador no está listo a tiempo, se canta un strike automático. “El tiempo se fue rápido”, dijo Machado.
“Definitivamente es algo a lo que tendremos que acostumbrarnos. En cierto modo te altera la rutina estar ahí y tener que ir a cierta zona antes del lanzamiento. El umpire me hizo una pequeña advertencia: `Oye, te quedan dos segundos’, pero yo estaba ya demorado cuando llegué“.
BASES MÁS GRANDES
Machado dijo que las nuevas almohadillas, que miden 18 pulgadas cuadradas (116 centímetros cuadrados) “no están tan mal”. Antes, medían 15 pulgadas cuadradas (96 centímetros cuadrados.
“Me gusta la base grande”, comentó. “Tienen que ser más consistentes con la forma en que eran el año pasado, en cuanto a firmeza y agarre. Definitivamente me gusta el nuevo tamaño”.