República Dominicana, que ha sido una suerte de santuario para fugitivos internacionales, ha devenido de un tiempo a esta parte en un mal refugio para los perseguidos.
El caso de la húngara Andrea Dudla, incluida en la lista de los 10 prófugos más buscados por la Unión Europea, se agrega a la detención de ciudadanos de diferentes países ubicados y apresados en este país.
Muchos se habían cambiado la identidad e incluso alterado sus rasgos físicos para tratar de evadir la persecución, sin que a la larga de nada les sirviera.
Las autoridades dominicanas, siempre objeto de sospechas por la facilidad con que los fugitivos internacionales se instalan aquí se anotan otro tanto con el caso de la húngara. De esta, quien hasta se había casado y procreado una hija aquí, se dice que era protegida por una influyente comunidad.
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Dudla estaba prófuga desde 2012 cuando fue condenada a 15 años de prisión por lavado de activos y otros delitos económicos, incluyendo estafa a un banco con 1.9 millones de euros.
Pero tanto para ella como para otros prófugos internacionales República Dominicana no resultó su mejor refugio, toda vez que al final han sido capturados.
