El adolescente salió machete en mano desde un callejón de la calle Sagrario Díaz, en Villas Agrícolas, y de un tajo cercenó una de las patas traseras del perro que hurgaba en un zafacón. Años después supe, que convertido en hombre, había rociado thinner y lanzado un fósforo encendido a la vieja Andreíta, la mendiga del barrio.

La mayoría de la gente no comprende que la crueldad a los animales y la violencia humana tienen una relación directa. Que el niño que golpea o tortura un animal podría en el futuro matar una persona. Que el adulto que patea al perro podría estar golpeando a su esposa e hijos, o que el niño que lastima un animal posiblemente ya es testigo de actos de violencia en su familia.

El maltrato a los animales comprende una gama de comportamientos que causan dolor innecesario, sufrimiento o estrés al animal, que van desde la negligencia en los cuidados básicos hasta el asesinato malicioso e intencional.

Podemos catalogar los maltratos en directos e indirectos, los primeros serian los maltratos intencionales como la tortura, mutilación o la muerte maliciosa del animal, y los indirectos por la negligencia de los cuidados básicos que el animal necesita, provisión de alimentos, de refugio y de una atención veterinaria adecuada.

Pareciera que las personas no saben que los animales son seres sensibles, capaces de experimentar sufrimiento, dolor y estrés. Hay personas que se sienten tan inferiores a otras que necesitan demostrar lo contrario desquitando su ira en los animales.

Perros agresivos

Las víctimas más comunes de maltrato son los animales de compañía o mascotas, y entre éstos, los perros, considerados como víctimas mucho más comunes que los gatos.

Hay estudios que dicen que los hombres son el sexo más propenso a cometer crueldades hacia los animales.

El «problema» creado por el hombre: «perros callejeros», «perros asesinos», «perros incontrolables», «perros agresivos», se está resolviendo de la peor forma: hombres asesinos, hombres incontrolables, hombres agresivos.

También estaría el caso de aquellos animales que son agresivos, porque les han dado un trato agresivo. Esto mismo pasa con las personas, si les dan un trato agresivo, ellos también se expresarán agresivamente en la sociedad.

Envenenamiento

Esta práctica empleada en el pasado para reducir la población de perros realengos, es ineficiente y cruel, pues se ha demostrado que cuando hay menos perros en las calles, las perras sobrevivientes paren más cachorros y de mayor tamaño, ya que se reduce la competencia por los alimentos, así como por los padrotes.

Tampoco el envenenamiento ha sido efectivo como método para controlar la rabia, ya que los perros infectados con la enfermedad pierden el apetito y no son atraídos por los alimentos con veneno, de modo que los que generalmente mueren son los que están sanos.

Las sociedades que no dan importancia al abuso animal y que lo califican como un «crimen menor», en realidad no están conscientes de que es una bomba de tiempo. La población debe aprender a reconocer que el maltrato hacia cualquier ser vivo es inaceptable y pone en peligro a todos.

Encontrarse con un perro herido, desnutrido, sin que aparezca quien vele por su bienestar, es muy común, debido a la negligencia y falta de interés de las autoridades, expresa Marcos Polanco, director de la Sociedad Dominicana para la Prevención de la Crueldad a los Animales, la cual responsabiliza a las autoridades municipales de las violaciones a los derechos de los animales.

UN APUNTE

Padela

Al igual que la mayoría de las organizaciones de protección animal, la Sociedad Dominicana para la Prevención de la Crueldad a los Animales y el Patronato Amigos de los Animales (PADELA) responsabilizan a las autoridades municipales de las transgresiones a los derechos de los animales, a la falta de legislación moderna sobre la materia, la ausencia de una perrera municipal.