Tras determinar que se trató de una ejecución la muerte de cinco personas en La Barranquita, Santiago, que la Policía había atribuido a un intercambio de disparos, es necesario que el Ministerio Público presente pruebas irrefutables sobre el suceso para que resplandezca la justicia.
El procurador Wilson Camacho fue todavía más lejos al señalar que los integrantes de la patrulla de la Policía, quienes están detenidos, cargaron con videos y cámaras fotográficas para borrar evidencias.
Sobra reconocer que no basta con que se diga y condene el horrendo crimen, sino con que se presenten las pruebas concretas que sustentan la acusación contra los 11 agentes de la Policía.
Familiares y testigos sostienen que en la matanza cayeron un peluquero y otra persona que nada tenían que ver con los delitos que atribuye la Policía a los ejecutados el 10 de septiembre en una plaza comercial.
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En torno al suceso no solo familiares y relacionados se levantaron en demanda de justicia, sino los más diversos sectores. La ministra de Interior, Faride Raful, fue quien ordenó la suspensión y detención de los miembros de la patrulla para ser interrogados sobre la matanza.