Casi dos semanas antes del inicio de la temporada de ciclones se formó ayer en la costa occidental de África la primera onda tropical que adelanta un ciclo de hasta 17 tormentas, nueve de las cuales tendrían potencial de huracán, con al menos cuatro que registrarían un nivel de fuerza o destrucción superior a la categoría tres.
La Universidad de Colorado, Estados Unidos, define el período comprendido entre el 1 de junio al 30 de noviembre como superior al normal en materia de formación de tormentas, ciclones y huracanes que rondarán por los océanos Atlántico y Pacífico y no pocos podrían internarse en el Caribe.
Como presagios de lo que se pronostica como activa temporada ciclónica, se mencionan las intensas lluvias que en días anteriores afectaron gran parte del territorio nacional, especialmente la zona del Cibao, que provocaron inundaciones, deslaves, cierre de acueductos y daños a viviendas e infraestructuras viales.
A pesar de que el territorio de la isla Hispaniola se encuentra literalmente colocado en el mismo trayecto de los ciclones que se forman en la costa de África occidental, entre la mayoría de los dominicanos aún no se asienta la cultura de la prevención.
Muchas de las historias de pérdidas de vidas humanas por el paso de un ciclón pudieron evitarse con el estricto cumplimiento de las recomendaciones que emite el Comité de Operaciones de de Emergencias (COE), así como los vaticinios del Instituto de Meteorología (Indomet), especialmente cuando las autoridades aconsejan desalojar zonas de gran peligro.
Ante el inicio de un período de formación ciclónica, que se extiende al menos por seis meses, se requiere que el Gobierno emprenda un operativo de revisión de puentes, presas, asentamientos cercanos a zonas montañosas, ríos, cañadas, a la par con un programa sobre comportamiento ciudadano ante eventual paso de un fenómeno meteorológico.
Para mitigar desastres climatológicos es imprescindible que ciudadanía y autoridades actúen de manera preventiva desde antes del primer aviso sobre tormenta, ante lo cual es imperativo alejar a las familias de las áreas identificadas por el COE como de peligro de inundaciones o derrumbes.
Conviene que desde hoy mismo, la población inicie el proceso primero de prevención y luego de mitigación ante el paso de tormentas o huracanes, más aun cuando se advierte que este año la formación de esos fenómenos estaría por encima del promedio. Mejor prevenir que lamentar.