La Federación Dominicana de Comerciantes (FDC) ha advertido que dispondrá el cierre escalonado de comercios si el ministro de Trabajo impone multas a pequeños negocios que rehúsan aplicar la resolución referida al salario mínimo que tiene carácter y alcance de ley.

En la rueda de prensa donde el presidente de la FDC, Iván García, formuló tal advertencia al ministro Winston Santos, estuvo presente el empresario del transporte Antonio Marte, quien dispuso por su cuenta de un aumento en la tarifa de transporte de pasajeros, sin previa consulta con las autoridades.

El ordenamiento jurídico vigente señala con absoluta claridad las vías que personas físicas o jurídicas deben recurrir para atacar decisiones oficiales que lesionan derechos, entre las cuales no figura pretender tomarse la ley por propias manos.

El gremio de los comerciantes no debe ni puede por voluntad propia violentar una disposición que tiene rango de ley como lo es la revisión del salario mínimo, ni siquiera condicionarla a que se establezca la reclasificación de las empresas, toda vez que la resolución del Comité Nacional de Salarios tiene efecto inmediato.

Un buen abogado aconsejaría a quienes objetan esa resolución recurrirla ante el Tribunal Administrativo, a modo de amparo o inhabilitación o tal vez invocar su inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional, pero nunca impedir su vigencia bajo amenaza de cerrar negocios.

No se entiende cómo se amenaza con paros escalonados de comercios si se aplica el reajuste del salario mínimo e implícitamente se acepta como bueno y válido que de manera unilateral un consorcio empresarial aumenta hasta un 25% el precio del transporte de pasajeros.

Posiblemente, a la Federación de Comerciantes le asista razón al señalar que pequeños negocios no resisten ese reajuste salarial, pero carece de derecho para impedir por la fuerza la aplicación de esa resolución oficial, legal y legítima, que solo puede ser atacada por vías institucionales.

Amenazar con cierre de comercios por el incremento en el salario mínimo, y presentar en público como firme aliado de esos propósitos al empresario del transporte que aumentó por su cuenta el precio del pasaje, representa un mensaje pesaroso que esa federación transmite a la sociedad.