Opinión Voces y ecos

Mentiras de los políticos

Mentiras de los políticos

Rafael Peralta Romero

Como si se tratara de un dogma de fe, muchos políticos se aferran de la mentira para sustentar sus propósitos y aspiraciones de poder. Propalan ideas falsas con suma naturalidad y quizás nunca calculan el daño que sus falacias acarrearán a la sociedad ni el deterioro que esto puede ocasionar a su imagen.

En los procesos electorales, esos políticos fingen optimismo y seguridad de la victoria, aunque cuenten, por ejemplo, con 8% de aceptación de los votantes. Tanto repiten su mentira que a veces llegan a creerla. Y por eso se presentan como ganadores y aparentan certeza de ello. Al fin y al cabo, no es una mentira excesivamente dañina.

Las peores mentiras le salen del pesimismo, del sentimiento de derrota que los abruma. Como lo ven todo oscuro, para reponerse del vencimiento recurren a expresiones contrarias a la verdad, para atemorizar a la población. Buscan sobresalir a costa de una acción dañosa. Así estamos ante el uso más preocupante de la mentira.

La reciente conspiración contra el sistema financiero, con el intento de desestabilizar, con mentiras, el grupo económico más importante de la República Dominicana llegó al colmo de un mentiroso. Un chisme puede hacer daño pequeño, pero una mentira grande acarrea daños impredecibles y de vastas consecuencias.

El Banco de Reservas informó el pasado martes en un comunicado que, al cierre de noviembre de 2025, presenta indicadores financieros robustos, resultado de una gestión prudente del riesgo, adecuados niveles de liquidez y capitalización, así como una evolución sostenida de sus resultados operativos.
La respuesta de la opinión pública para rechazar semejante abuso fue contundente.

Por igual, las autoridades monetarias explicaron oportunamente la auspiciosa realidad de la institución referida. El gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, destacó la fortaleza y solidez financiera que exhibe el BanReservas.

Poner en duda la credibilidad de un Banco es comparable a jugar con un arma de fuego apuntando hacia personas. A quienes tienen como credo que en política se hace lo que conviene a sus intereses nada importa. Aún se tratase del destino de nuestra economía y peor aún del estorbo a la tranquilidad ciudadana.

La Ley de Bancos establece penalidades contra la difusión de falsedades y rumores capaces de incidir negativamente en la estabilidad de alguna institución financiera. Comunicadores de diferentes tendencias demandaron sanciones para los responsables de la mentira contra el Banco de Reservas. Y el hecho no debe quedarse así.