La consumación ansiosamente esperada del exitoso acuerdo entre Carlos Correa y los Mets estaba en suspenso para el domingo festivo de Navidad. Pero parece que queda razón para una buena dosis de esperanza.

Se ha dicho que los Mets y el campamento de Correa están tratando de resolver las cosas desde que el equipo mencionó un problema con el examen físico de Correa, que se realizó el jueves y viernes en Nueva York.

Se cree que el atraco, del que se supo el sábado, se relaciona con una cirugía de tobillo realizada en 2014 y una resonancia magnética posterior.

Antes de que las vacaciones intercedieran momentáneamente, las partes estaban discutiendo el valor de una resonancia magnética dudosa versus la “funcionalidad” de la articulación y el historial de confiabilidad de Correa: se ha perdido solo un promedio de 14 juegos en las últimas tres temporadas, y según el agente Scott Boras ha nunca recibió ningún tratamiento relacionado desde esa cirugía de 2014.

Las partes parecían emocionadas y motivadas para hacer este trato cuando se acordó, y con los Mets y el campamento de Correa diciendo que estaban “trabajando en cosas” el sábado, parece haber cierto optimismo de que las cosas podrían resolverse.

Los Mets entendieron que el médico de los Gigantes encontró este problema cuando los Mets y el campamento de Correa acordaron el acuerdo de 315 millones de dólares por 12 años en medio de la noche que sacudió a Nueva York.

Por: Jon heyman
New York Post