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Misa Crismal, primer encuentro tras covid

Misa Crismal, primer encuentro tras covid

Santo Domingo.- Con cantos, alabanzas y oraciones, cientos de personas hicieron acto de presencia en la tradicional Misa Crismal, realizada cada año en la Catedral Primada de América, en la Ciudad Colonial.

El acogedor templo se vistió de blanco, color de las vestimentas de más de los 200 miembros del clero, pertenecientes a la Arquidiócesis de Santo Domingo. Numero sorprendente de asistentes en comparación con años anteriores, según los encargados.

Bajo los cálidos colores de las luces, también se aprovechó la ocasión para conmemorar el día de la institución de la eucaristía y el día del sacerdote, fechas sumamente importantes para los cristianos y la iglesia católica.

La solemne celebración dio inicio a las 9:30 AM y estuvo presidida por Monseñor Francisco Ozoria Acosta, Arbobispo Metropolitano de Santo Domingo, acompañado por los Obispos Auxiliares Ramón Benito Ángeles, Faustino Burgos Brisman, José Amable Durán y Raúl Berzosa.

Luego de un breve y silencioso acto de bienvenida se le dio paso a la esperada homilía, la cual estuvo a cargo de Mons. Benito Ángeles, Obispo Auxiliar de Santo Domingo, quien aprovechó el momento para agradecer la oportunidad de poder dirigirse a los sacerdotes en un dia tan especial para ellos.

En un extenso, pero sustancioso discurso, Ángeles dio a conocer su mensaje, basado en las palabras del Papa Francisco, donde expresó las cuatro cercanías que debe tener un sacerdote en la vida, también llamadas las cuatro columnas constitutivas; cercanía a Dios, al Obispo, entre los sacerdotes y al pueblo.

Entre sus sabias palabras, el Obispo Auxiliar recalcó que “el obispo debe ser humilde, debe tener capacidad de escuchar y debe tener autocritica”. Asimismo, puntualizó en que el obispo no es un supervisor del pueblo ni un vigilante, sino un padre que debe tener cercanía con el pueblo”.

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Misa Crismal
Misa Crismal

Promesas sacerdotales

Pasada la homilía y en sustitución del credo, los sacerdotes fueron invitados a la renovación de su consagración, de su dedicación a Cristo y a la iglesia.

En ella, el cuerpo eclesciástico con sus libros en mano, se comprometió a desempeñar fielmente el ministerio de la predicación como seguidores de Cristo, sin pretender conservar bienes temporales, sino movidos únicamente por el rescate de las almas.

“Si, quiero” fueron las palabras pronunciadas al unisonó  por los como sello de sus promesas.

Los óleos

En la solemne eucaristia se bendijeron los santos crismas y los óleos, asi como el de los Catecúmenos y de los enfermos; los cuales se consideran las principales manifestaciones de la plenitud sacerdotal del obispo.

Estos aceites perfumados representan al Espíritu Santo, y además de misas como esta, también son incluidos en los bautizos, en la confirmación, en la unción de los enfermos y en la ordenación de los sacerdotes y obispos.

Los óleos fueron entregados a todos los sacerdotes presentes para ser traslados a las distintas parroquias del país.

La misa sagrada fue llevada a cabo luego de dos años desde el último encuentro a causa de la pandemia por covid-19 en 2020. La misma representa el acto más importantes de la Semana Santa y se celebra en la catedral de cada diócesis el Jueves Santo.

Misa Crismal, primer encuentro tras covid