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Misterio

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Tal parece que en el yate Flying Fox no se encontró nada comprometedor que se le permitió zarpar tras un mes retenido por orden de Estados Unidos en el puerto Don Diego.

El destino de la nave, cuya propiedad se atribuye a un oligarca ruso y que atracó aquí con todos sus papeles en regla, es otro misterio. Por orden de Washington la Procuraduría General de la República allanó en dos ocasiones la lujosa embarcación, pero en torno a las requisas ha prevalecido un silencio sepulcral.

Trascendió que los allanamientos habían sido por supuesto lavado de activos y tráfico de armas. Varios yates de lujo propiedad de oligarcas rusos relacionados con el presidente Vladimir Putin han sido confiscados en retenidos en diferentes país como parte de las sanciones por la invasión a Ucrania.

Durante el tiempo que permaneció en el muelle el yate se convirtió en objeto de curiosidad para la población.

El Nacional

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