Orto-escritura Semana

Moní: poesía con profundidad y notable vuelo metafísico

Moní: poesía con profundidad y notable vuelo metafísico

Desde la izquierda, Luis Maximiliano Quezada, Bruno Rosario Candelier, Josanny Moní, Darío Fernández y Rafael Peralta Romero.

El día 22 del pasado mes fue presentado el Ateneo Amantes de la Luz, de Santiago de los Caballeros, el libro de poemas “La herida que no sangra”, de la joven autora Josanny Moní. Allí dije un breve discurso exegético del cual ofrezco un extracto.

Conocí a Josanny Moní en 2014, cuando reveló su talento literario mediante su primer libro de poemas, titulado “Musa”, que sin duda fue bien recibido. Hoy, nueve años después, asistimos en esta ciudad, la segunda capital de la república, al segundo debut de la nueva, también segunda, obra poética de Josanny Moní. Se titula La herida que no sangra.

A partir de su presentación en Santo Domingo, la obra provocó atinados comentarios críticos, los cuales halagarían hasta a los maestros de la composición literaria, si de ellos se dijese lo que sobre la poesía de Moní fue escrito. Una pléyade de autores, tres de ellos Premio Nacional de Literatura, han otorgado altas calificaciones al poemario La herida que no sangra.

Con el título “Josanny Moní y el fulgor de una lírica encantada” fueron recogidas en el prestigioso suplemento Areito (periódico Hoy de fecha 21 de enero de 2023) las gustosas valoraciones del maestro Bruno Rosario Candelier y de los ensayistas y poetas Ángela Hernández, José Mármol, Leopoldo Minaya, Rossalinna Benjamín, Basilio Belliard, Eduardo Gautreau, Ramón Saba y Luis Quezada..

Cuando escribí el prólogo para el libro “Musa”, no me detuve a examinar sus influencias y las fuentes de donde ha bebido la poeta para su formación, más tarde me percaté de que entre sus lecturas faltaban nombres de autores que suelen abordar los recién iniciados en el arte literario. Entonces creció mi asombro, porque es muy obvio que Moní, ya en su primer libro, mostraba un adecuado manejo de la lengua, y específicamente el más alto nivel, el reservado a unos seres privilegiados, que son los poetas.

Se trata la suya de una poesía esencialmente lírica. Sinceramente lírica, pues son los sentimientos la materia prima de los textos compuestos por Josanny Moní. El amor predomina en esos poemas, y ya se sabe que es este uno de los temas perennes de la poesía universal.

La herida que no sangra corresponde a una autora con un superior grado de responsabilidad de este complejo oficio. Al lirismo y erotismo de su primera obra, se suma con superior sustento, una poesía con mayor profundidad y notable vuelo metafísico. Se nota un apreciable crecimiento de uno a otro libro, y el segundo supera al primero en hondura conceptual como en despliegue de recursos formales.

La herida que no sangra me mueve a reflexionar que la condición básica de la poesía es su composición a partir de un lenguaje simbólico, el cual expresa el mundo de una manera diferente. Eso distingue a la poesía de lo común, de lo vulgar, de lo corriente, de lo ordinario.

Josanny Moní revela en sus versos sentimientos profundos, de amor o de dolor, y vibra en ellos una persistencia en el dolor.

Puesto que la poesía se construye a partir del misterio, no resulta sencillo descodificar la causa de ese dolor, pero ¿qué sería la poesía sin el dolor? Un gran poeta de los Estados Unidos, Rafael Emerson, dijo que los poetas dicen cantando lo que aprenden sufriendo.

La poesía, incluso, se musicaliza y la bailamos, bailamos el dolor, pero la poeta, Josanny Moní en nuestro caso, la compuso a partir de dolencias íntimas y su poesía evidencia hondas rasgaduras del espíritu, mas no amargura, sino dolor. De ahí la grandeza de La herida que no sangra.