Se menciona entre seis a diez fallecidos a causa de un brote de diarrea aguda detectado en varias comunidades de Barahona y Baoruco, lo que las autoridades atribuyen en principio al colapso del acueducto San Rafael que aún mantiene sin agua potable al 30 % de las poblaciones afectadas.
El Ministerio de Salud Pública tuvo conocimiento de ese brote desde el día 5 de este mes, pero no fue hasta el miércoles 15 cuando lo confirmó y dispuso de un encendido de alarma sanitaria en toda la zona sur, así como la intervención de las poblaciones directamente afectadas.
Constituye una infamia que en pleno siglo XXI, una persona muera a causa de diarrea, sin que previamente sea asistida con el debido protocolo hospitalario en un centro de salud, por lo que resulta difícil entender que en menos de 15 días se hable de la muerte de al menos seis personas por un brote cuyo foco estaba localizado.
Todavía la Dirección de Gestión de Riesgo de Salud Pública no confirma ni descarta “posibles casos de cólera y otras infecciones intestinales”, aun cuando las comunidades afectadas temen lo peor, pese a que se ha informado que ese brote habría sido causado por la ingesta de agua contaminada.
Se atribuye el colapso del acueducto San Rafael a la ruptura de unos cien metros de tubería lo que inhabilitó el servicio del líquido y obligó a varias comunidades a proveerse de agua de ríos y arroyos usados también como depósitos de detritus humano y animal, sin que el Instituto de Agua Potable y Alcantarillado (Inapa) actuara con debida diligencia.
Es inaceptable que las autoridades tarden diez días para acudir en auxilio de comunidades afectadas por un brote diarreico, cuya causa habría sido la dilación en reponer tuberías averiadas de un acueducto, menos aun después que al menos seis personas fallecieron por esa causa.
Aterra imaginarse cuál sería el cuadro sanitario en Barahona y Baoruco si Salud Publica confirmara que el cuadro diarreico es producido por un brote de cólera, razón por la cual se censura la lentitud de las autoridades en abordar situaciones de clara emergencia sanitaria.
La epidemia de dengue, del que se dice ha disminuido su incidencia, que afectó gran parte del territorio nacional, causó la muerte de una veintena de personas, en tanto que el brote diarreico en municipios de Barahona y Baoruco provoco en dos semanas entre seis a diez fallecimientos. Es infame morir de diarrea.