Es difícil conseguir marido ¡pero mucho más complicado es dejarlo! Luego que una relación acaba, no lo dudes: antes de que llegue la calma que sigue a la tormenta, tu corazón pasa por un verdadero huracán de sentimientos. Después de un divorcio, una de las cosas más terapéuticas que puedes hacer para sanar tu conflicto emocional es aclarar las razones por las que decidiste separarte eso que te dio el empujón final: Me divorcié porque necesito paz, me cansé de que no me respetaran. ¡No acepto ni una mentira más!.
Y si tu pareja fue quien te dejó, en vez de sentir ira y llamarlo rata inmunda, adefesio mal hecho y espectro del Infierno como si fueras Paquita la del Barrio, es mejor concentrarte en los motivos por los que te convenía dejar a esa persona: Valgo mucho para estar con alguien que no me valora.
Una vez que tienes claro en tu mente y tu corazón la razón por la que no encajabas en esa relación, será más fácil superar el pasado y encaminarte hacia el futuro.
Te advierto que tu vida será más difícil porque tendrás que empezar desde cero. Tal vez tengas que mudarte a un lugar más pequeño, reducir tus gastos, buscar un trabajo extra para aumentar tus ingresos y hasta lidiar con las críticas de tu mamá: ¡Te dije que ese hombre era un bueno para nada, pero no me hiciste caso!.
Un divorcio deja una herida emocional profunda la cual toma tiempo sanar. Por eso, no cometas el error de entrar rápidamente en una nueva relación. Es preciso estar sola por un tiempo para que aprendas a conocerte y reconozcas tus fortalezas.
Es cierto que da mucho trabajo empezar una nueva vida, pero una vez te des cuenta que valió la pena tomar ese gran paso, tendrás fuerzas para emprender tu nuevo camino. De hecho, será menos difícil de lo que piensas, pues ahora tienes más madurez, más experiencia y más confianza en ti misma, así que estarás más preparada para rehacer tu vida. Bien lo dijo el exitoso empresario Henry Ford: Un fracaso es una gran oportunidad para empezar otra vez con más inteligencia.