El tiempo de Navidad es propicio para villancicos y aguinaldos. Villancico es una canción popular de tema religioso que se canta en Navidad, mientras el aguinaldo es un regalo en ocasión de la época. En una tercera acepción, el Diccionario de la lengua española define aguinaldo como “Villancico de Navidad”.
Lo cierto es que los cantares navideños incluyen alabanzas al niño Jesús a la vez que proclaman la alegría de quienes celebran esta fiesta universal en conmemoración del nacimiento de Jesucristo. Una canción muy propia de la Navidad dominicana es aquella cuyo texto contiene las siguientes estrofas:
“Alabemos todos/ Al niño Jesús/ Que nació en Belén / Y murió en la cruz. /También alabemos/ Con suma alegría, /A sus santos padres, /San José y María. / Después de alabar /Al Rey de los cielos, / Con los de esta casa/ Nos entenderemos”. Solo tres estrofas.
La canción se acompaña del estribillo “A las arandelas, a las arandelas/ A las arandelas de mi corazón”. Ni esos versos ni otros que hablan de lechón asado o de bulto tapado aparecen en la composición original, la cual se titula “Cánticos” y cuenta con veinte estrofas de cuatro versos.
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A continuación, les copio tres estrofas muy conocidas, pero que no forman parte de la composición original: “Ábreme la puerta / que estoy en la calle y dirá la gente / que esto es un desaire…/. A las arandelas / a las arandelas, a las arandelas / de mi corazón. Allá dentro veo / un bulto tapao, no sé si será / un lechón asao”. Tampoco aparece en la pieza original el verso “A las arandelas, chinita, de mi corazón”.
Solo la última estrofa menciona la palabra arandelas. Dice: “Así, pues señores, /Sin más dilación/ Entremos cantando:/ARANDELAS SON”. El poema fue escrito por Juan Antonio Alix y aparece en su libro “Décimas”, segundo tomo, publicado en 1953 por Librería Dominicana, página 58 y siguientes.
Al final del poema, Alix escribió la fecha de su composición: 16 de noviembre de 1908. La publicación aludida es una selección de sus textos, hecha por el doctor Joaquín Balaguer, autor del prólogo. Alix había nacido en 1833 y falleció en 1918.
Del poema, fragmentado, salió la canción, y tan popular se ha hecho que aparenta ser del folclor. Pocos saben de su autoría, pocos entienden la expresión “a las arandelas”. No se relaciona con ninguno de los catorce significados que le asigna el Diccionario académico.
En artículos periodísticos y portadas de discos figuran las escrituras “A las sarandelas” y “A las zarandelas”. Luce que el tema ha llegado a Puerto Rico, el uso del vocablo “lechón” y no puerco o cerdo, es indicio de ello. Incluso, hay quien crea que la pieza procede de ese país.
No tenemos seguridad acerca del significado de la expresión “A las arandelas” en el contexto que la ha empleado el poeta popular mocano-santiaguero, pero algo cierto es que ha devenido en una convocatoria a la alegría. Un viejo dicho no tan conocido reza:“La que está pendiente de mucha arandela no está rezando”. En su Diccionario de refranes, Bruno Rosario Candelier explica que: “Enseña que la joven interesada en llamar la atención busca la forma de atraer las miradas de los varones. (Academia Dominicana de la Lengua, 2018).
Juntar fonéticamente la -s de los artículos las, los con la vocal inicial de la palabra siguiente no autoriza a unir gráficamente tales vocablos. Las habichuelas, los alemanes, los elementos, los hijos solo se escribirán de estas maneras. Así, se escribirá las arandelas, aunque fonéticamente se unan las palabras.
Las arandelas será mejor que las “sarandelas” y mucho más que “zarandelas”.