Opinión Articulistas

Ni se nace ni se hereda

Ni se nace ni se hereda

José Antonio Torres

Aunque algunas personas parecen tener habilidades innatas para inspirar, tomar decisiones y guiar seguidores, la realidad es que científicamente se ha demostrado que los liderazgos se forjan con trabajo, dedicación y esfuerzo. Y con eso ni nace ni se hereda.

Varios autores coinciden en destacar cuatro habilidades fundamentales para desarrollar y construir un liderazgo y son comunicación, influencia, agilidad para aprender y autoconciencia.
Estas habilidades trascienden industrias, negocios y posiciones, y los líderes exitosos saben cómo desarrollarlas y aprovecharlas.

En las democracias contemporáneas, últimas dos décadas, los líderes políticos tradicionales juegan un rol cada vez menos trascendental, ya que en Latinoamérica se ha dado un debilitamiento en el sistema de partidos y la mediatización de los procesos políticos, lo que ha producido que los últimos presidentes sean figuras nuevas.

Hay que recordar que en los últimos años, al menos siete mujeres han llegado a la presidencia en países latinoamericanos, pero no olvidemos que eso ha sido como consecuencia de su lucha social y política de décadas, ninguno de los casos ocurrió de la noche a la mañana.

Y aunque no existe una definición consensuada sobre el liderazgo político, por ello la mayoría de los sociólogos latinoamericanos tienen la posibilidad de aproximarse a este fenómeno en concordancia al sentido y enfoque personal.

Sin embargo, nuestra experiencia nos obliga a pensar que el liderazgo se forja con el trabajo personal con el público, aún a pesar del desarrollo de las redes sociales y la tecnología, convertir la simpatía en intención de voto va más allá que el buen uso de las redes sociales y de Inteligencia Artificial. Sino pregunte a Kamala Harris allá y a Gonzalo Castillo aquí.

De modo que en el caso nuestro, Hipólito no podrá extrapolar su liderazgo a Carolina, ni Leonel a Omar, ni Abinader a Raquel.

Todos tendrán que convertirse en arquitecto de su propio destino, mojándose bien el trasero para pescar los votos de la militancia de sus respectivos partidos y luego de más de cuatro millones de inscritos en el padrón electoral para el 2028.