Ante las acusaciones de violación sexual contra varias niñas y adolescentes, perpetrado por un supuesto “pastor”, en Los Alcarrizos, llama la atención poderosamente a toda la sociedad dominicana, en espacial, a los feligreses cristianos-evangélicos.
Las preguntas, aquí, serían: ¿Quién lo hizo pastor, al señor Johan Manuel Castillo Ortega? ¿ A quién le rinde cuantas de sus actos? ¿ Quién es su líder espirutal? ¿Cuál concilio lo apoyaba? ¿ Cómo y de dónde apareció?
El tal Johan Manuel Castillo Ortega, quien está siendo señalado por las autoridades judiciales como la persona que, cometió los delitos que pesan en su contra. Analizando su perfil, en lo personal, en cuanto a mí, me concierne, debo decir que, este individuo, revela que es un “farsante” (finge lo que no es). Llego a esa conclusión, haciendo uso de la lógica elemental, psicológica, y el análisis del lenguaje corporal en sus publicaciones en las redes digitales.
Cuando leí la información, tomé un respiro, indagué lo que se había escrito y hasta consulté varias personas en Los Alcarrizos, en busca de nuevos elementos que arrojaran luz sobre los hechos, y su autor.
Es fácil, esconder una identidad, bajo una apariencia totalmente divorciada de la realidad. A mí entender, fue lo que hizo el sujeto de apellidos: Castillo Ortega, que, bajo el manto de “pastor”, que, no lo es. Se aprovechó de estas inocentes niñas y adolescentes, traicionando la confianza de sus progenitores para abuzar de ellas.

Siendo honesto, y cauto, debo decir que, previamente, les asiste la presuncion de inocencia, según las leyes dominicnas, y que ahora le toca al Ministerio Público reunir las evidencias en su contra para luego presentar pruebas reales de las acusaciones hechas por las distintas madres de las niñas y adolescentes perjudicadas en este desagradable caso. Es evidente, que, no se le ha comportado un acto como tal que, ahora deberás llevarse a cabo un proceso judicial en el que se determine si es, o no, culpable de las acusaciones de violación sexual.
Las entrevistas hechas a las menores en cámara Gessel, evidenció que Castillo Ortega, le tocaba sus partes íntimas en reiteradas ocasiones. Además, la adolescente de 13 años, reveló que, el farsante haciéndose pasar por “pastor”, la obligaba a que le tocara a él, el pene.
La confesión que obtuvo el Ministerio Público por parte de una de las menores afectadas con la acción del susodicho, este para cometer sus fechorías degradantes, en contra de varias menores, utilizaba el sótano de un lugar, con el nombre de iglesia.

Como padre y miembro activo de una comunidad de fe cristiana-evangélica, a la cual pertenezco, reconocida por toda la sociedad en sentido general, que ha manteniendo su coherencia de trabajo, fidelidad y práctica de sus enseñanzas frente a la sociedad actual, hago el llamado, a los padres parea que, pongan más atención de sus hijos, seamos más consciente sobre el peligro que corren nuestros hijos, y más aún, tratándose de niño y adolescentes indefensos, fáciles de ser engañados producto de su inocencia natural.
No confié sus hijos, a nadie. Pues, no están seguros en ningún lugar, ni en las escuelas, se ha escuchado de casos similares. Ahora, tampoco todas las congregaciones, ni todos los pastores, son iguales.
Por esta y otras opinión sobre este caso, es que digo que, el susodicho, no es «pastor», sino más bien, un farsante, de hecho, le queda grande el título al señor Johan Castillo Ortega, creo que, tendrá que responder por sus actos frente a las autoridades, si llega a comprobar las acusaciones que se le imputan, a decir verdad, son muy graves.
Esto, sirva de ejemplo para que, el Gobierno y las autoridades ponga más atención y comience a regularizar a determinado grupo o persona en particular, y a quines se les antoje abrir una iglesia en determinado lugar, sin saber cuál es el prontuario de esa persona. Habrá que, revisar las condiciones y permisos que concede el Estado dominicano para tales fines.