El gobierno ha puesto en marcha el operativo preventivo de seguridad ciudadana “Navidad con Garantía de Paz 2.0”, que cuenta con el despliegue de casi 23 mil policías y cinco mil militares, que procuran preservar el orden público, afrontar la criminalidad y delincuencia durante Navidad y Año Nuevo.
Esos contingentes policiales y de las Fuerzas Armadas son distribuidos en barrios populares, sectores residenciales, plazas comerciales y mercados públicos con la encomienda de garantizar convivencia y gobernanza, un propósito que no sería conseguido sin el concurso de la ciudadanía.
El presidente Luis Abinader, quien encabezó el acto de lanzamiento de ese operativo en el Palacio de la Policía, resaltó que la iniciativa se desarrollará con firmeza y en pleno respeto a los derechos humanos, basado en la disciplina los efectivos y el cumplimiento de las órdenes que emanen de sus superiores.
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Aunque la ministra de Interior y Policía, Faride Raful, se sujeta a estadísticas que refieren una reducción del número de homicidios por cada cien mil habitantes, debería admitir que el término “seguridad ciudadana” abarca otros factores que requieren ser abordados por las autoridades para garantizar sosiego colectivo.
La población está compelida a aferrarse a la cultura de la prevención que incluye respeto y observancia de la ley a nivel de vecindades, en el tránsito, en sus lugares de trabajo o de estudios, y en todo lo relacionado con la cotidianidad, sostenido en la máxima de que “el respeto al derecho ajeno es la paz”.
Narcotráfico, sicariato, homicidios, robos, asaltos, y otras expresiones de violencia y criminalidad serán enfrentados por los contingentes policiales y militares que ya patrullan barrios, calles y avenidas, y por todo el aparato del Estado a cargo de prevenir, perseguir, someter y condenar a quienes incurran en esos tipos penales.
Ojalá que esta vez, el operativo de seguridad ciudadana que se aplica con motivo de Navidad y Año Nuevo, surta efecto en disminuir la percepción que alberga la población sobre el extremo peligro que conlleva transitar libremente a cualquier hora del día o la noche ante el riesgo de caer en las garras de la delincuencia.
Ese gran despliegue policiaco militar permanecerá hasta el 15 de enero, pero los ruegos son para que alguna vez las autoridades anuncien que la violencia y criminalidad han sido definitivamente derrotadas y los delincuentes desalojados de las calles, anhelo que por ahora se erige como una quimera.

