Centenares de miles de dominicanos residentes en el exterior retornan al país para disfrutar junto a los suyos de las festividades de Navidad y Año Nuevo, contundente demostración de que el sentimiento de la diáspora dominicana no se aparta de sus raíces y gentilicio, los cuales enarbola con orgullo y regocijo.
Las terminales aéreas de Las Américas, Cibao, Puerto Plata y Punta Cana se convierten en sala de nostalgia y alegría con el arribo de vuelos repletos de dominicanos procedentes de Estados Unidos, Europa, Latinoamérica, el Caribe y hasta de Asia y África, quienes se confunden en abrazos con sus familiares.
El Gobierno dispuso exonerar a esos viajeros del pago de impuestos aduanales de artículos y regalos por valor de hasta cinco mil dólares, lo que permite que puedan traer en sus maletas o enviar a través de cargas aéreas o marítimas, electrodomésticos o equipos tecnológicos.
La dominicana es una de las comunidades en el exterior que mantiene y cultiva mayor apego con su lugar de nacimiento y orígenes culturales, con el perenne anhelo de retornar de manera definitiva, por lo que se dice que el dominicano tiene un pie en el lugar donde ha emigrado y el otro permanece aquí.
Esa es la razón principal por la cual las remesas sobrepasarán este año los diez mil millones de dólares, sin incluir proyectos de inversión en los que participan dominicanos residentes en Estados Unidos o en cualquier otro lugar del planeta, que ayudan a impulsar la agropecuaria, agroindustria, turismo y comercio.
La diáspora dominicana opera cerca del 80 % de las bodegas en los estados de Massachusetts, Nueva York, Nueva Jersey y Pensilvania y participa con más de cuatro mil millones de dólares en el área de supermercados, lo que habla muy bien de su espíritu emprendedor.
Se resalta que el gentilicio nacional también forma parte de la comunidad política, científica, educativa y artística de Estados Unidos, con representación incluso en la Cámara de Representantes y en la Casa Blanca, además de distinguirse por sus afanes laborales en los sectores transporte y construcción.
Por todo lo precedentemente expuesto y por muchas razones más, los dominicanos que retornan desde el exterior merecen ser recibidos como héroes en toda la geografía nacional porque han demostrado su fervor patriótico, porque contribuyen con el crecimiento y desarrollo de la economía y porque son hermanos de sus hermanos.