Editorial Opinión

Optimismo, no pesimismo

Optimismo, no pesimismo

Como condición indispensable para colocarse en posibilidad de ganar las elecciones presidenciales y congresuales del 5 de julio, partidos y candidatos tendrán que asociarse con el optimismo y mercadear ante el electorado fórmulas creíbles para rescatar la economía subyugada por la covid-19.

La progresiva desescalada hacia la nueva normalidad no debería sufrir el contagio del discurso de pesimismo, otro virus letal que castra el interés colectivo por superar el estado de calamidad sanitaria y de progresiva crisis económica, por lo que corresponde a entidades partidarias y postulantes promover certidumbre.

Los esfuerzos para recuperar el crecimiento económico son incompatibles con la promoción de pesares o la colocación de valladares delante de la locomotora porque escrito está que los dominicanos vencerán todos los obstáculos.

El mejor ejemplo de que el optimismo posee las herramientas adecuadas para vencer al pesimismo, lo representa hoy Estados Unidos donde sorpresivamente el desempleo cayó de un 20% a un 13.5%, con la recuperación inmediata de 2.5 millones de empleos, de los más de 40 que se han perdido durante la pandemia.

A pesar de que esa nación es hoy el epicentro del coronavirus con cerca de dos millones de contagios y más de 110 mil muertos y que ha sido estremecida por protestas generalizadas contra el racismo, los mercados bursátiles se recuperan y se incrementa el Índice de Confianza del Consumidor. A eso se llama optimismo.

Quien desee embriagarse de pesimismo, sólo tiene que saber que los contagios por coronavirus aumentan en más de cien mil casos diarios y los fallecimientos en más de cuatro mil, pero para ver luz al final del túnel solo hay que enterarse de que la pandemia ha sido controlada o aplanada en China, Nueva Zelanda y Europa.

En República Dominicana, hasta el día de hoy, la cantidad de contagios al día supera los 350 y los fallecidos oscilan entre uno y diez, pero se reduce el número de pacientes en salas de cuidados intensivos y se incrementan los recuperados.

Todos los candidatos presidenciales, vicepresidenciales y a cargos congresuales están compelidos a bañarse de pies a cabeza con agua cristalina de optimismo para poder optar por el voto del electorado en los comicios a celebrarse dentro de 28 días. La competencia electoral debe ser entre los más optimistas, en el entendido de que gane quien gane la meta debe ser la de ganar la batalla al coronavirus y retornar a las sendas del crecimiento económico.

El Nacional

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