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Orden María Trinidad Sánchez

Orden María Trinidad Sánchez

Chiqui Vicioso

Cuando investigo sobre las condecoraciones y veo que hay una que todavía se llama Pedro Santana, a quien Duarte consideraba como un gran  ignorante traidor, me río.   También me río de que haya una que se llama Cristóbal Colón (toco madera), que por cierto se acumula en los estantes de Cancillería porque aquellos y aquellas que la reciben no la pasan a recoger, por aquello del famoso fucú del almirante.

Lo que sigue sin haber es una Orden al más alto nivel para las mujeres meritorias del país.  Yo recibí la del Mérito a la Mujer en el 1992, pero sentí que como todo lo referente al pobre Ministerio de la Mujer, tenía poca valía.  Por lo menos no la valía de la Orden de Duarte, Sánchez y Mella, con que condecoraron a mi esposo Fidelio.

Entonces, en vez de solicitar que cada año se condecore a un grupo de mujeres con la Orden de los Padres de la Patria, sugiero que se cree una orden de la Madre de la Patria, con el nombre de María Trinidad Sánchez, única mujer patriota fusilada por negarse a denunciar el paradero de su sobrino Francisco del Rosario Sánchez, por el anexionista Pedro Santana, de quien todavía se ostentan condecoraciones, algo que llenó de estupor a la nación.

Miembro de la Sociedad la Trinitaria, cuando aún no se aceptaban mujeres, María Trinidad fue, junto con Concepción Bona, la que diseñó y confeccionó la bandera dominicana.  Fue también la que escondiendo bajo la falda cartuchos de dinamita, apoyo a los que lucharon por la independencia.

Irónico que apenas un año después, el 27 de febrero de 1845, fuera condenada al fusilamiento y tuviera que marchar caminando desde la Fortaleza Ozama hasta el cementerio, donde al llegar dijo “¡Dios mío, sálvese con mi muerte la República!”

Si el presidente Abinader quiere honrarnos, debería comenzar con honrarla a ella, víctima del primer crimen político cometido contra una mujer, y debería iniciar una encuesta nacional sobre las mujeres más meritorias, para comenzar a evitar presentes y futuras manipulaciones masivas de la población con falsos liderazgos femeninos, logrados a base de maridajes, o falsos mesianismos.

Ser mujer, ya lo hemos repetido, no es una condición de meritoriedad.  Solo hay que recordar a la Thatcher de Inglaterra, nefasta figura que con Reagan se propuso la destrucción de la clase obrera de su país y el mundo.  O a la Fujimori del Perú, o Añez de Bolivia, malas caricaturas de lo que debe ser una mujer política.

¿Sugerencias?

Para empezar: Magaly Caram, Lourdes Contreras,  Dinorah Cordero, Carmen Durán.  En ellas se conjugan patriotismo y hermosa humanidad.