Estamos frente a un nuevo virus que amenaza con convertirse en un problema global, que se extenderá por varios meses. El recién bautizado “COVID-19”, fue declarado por la Organización Mundial de la salud (OMS)” como “enemigo público No. 1”, también se propuso a los países, tomar medidas para enfrentar esta amenaza mundial.
China, el país más afectado, está aplicando medidas de salud pública sin precedentes, que difícilmente puedan ser replicadas en otros países. Millones de personas se encuentran implícitamente bajo arresto domiciliario. Sin embargo, el número de casos nuevos que parecía estabilizarse, ha tomado un nuevo repunte.
Es un virus altamente transmisible con un periodo de incubación indefinido. A pesar de la extrema vigilancia, es probable que se estén detectando solo un 30 % del total de casos. Según proyecciones, se estima que diariamente ocurren 50,000 nuevos casos, que se duplican cada cinco días.
Por cada persona infectada, se contagiarán otras dos. Con una tasa de ataque de 60 a 80 %, y una tasa de mortalidad de un 1%, si el 60% de la población mundial es afectada, el número de defunciones se contarán en millones.
En el país estamos padeciendo de un brote de influenza estacional (gripe común) caracterizado por un inicio repentino de fiebre, tos, dolor de cabeza, dolor muscular y articular, dolor de garganta y secreción nasal. En cambio, los síntomas más comunes del COVID-19 son fiebre, tos, falta de aliento y solo alrededor del 5 % de los pacientes reportó dolor de garganta y secreción nasal.
Las medidas de prevención contra la gripe, son las mismas que debemos aplicar cuando nos llegue el COVID-19. Evitar contacto con personas infectadas, usar mascarillas, evitar llevarse las manos a la cara, lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón,y evadir espacios cerrados. Probablemente la gente irá enmascarada a las futuras elecciones de mayo.
Por el momento, la epidemia está concentrada en China, donde se están aplicando medidas consideradas como efectivas. El virus -como organismo vivo- también está aprendiendo a comportarse y esta interacción determinará el curso de la epidemia.
Según expertos en coronavirus, “lo que ahora estamos viendo, es solo la punta del iceberg, todas las evidencias indican que se convertirá en una pandemia, lo que no sabemos todavía es que tan catastrófica será”.
