Apenas reiniciada la docencia tras la temporada navideña, no hay que dar muchas vueltas para entender que se trata de un desafío la suspensión de las clases en una escuela de Santiago en demanda de mejores condiciones de trabajo.

Los profesores del centro educativo San Pedro Nolasco, en el sector Rafey, tomaron la decisión para exigir el nombramiento de profesores, construcción de nuevos salones y otras reivindicaciones.

Tal parece que la paralización, tanto pronto se reiniciara la apertura de la docencia, se tenía preparada de antemano.

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Con los males que arrastra el sistema educativo las necesidades pueden ser muy sentidas, aunque no tanto para tener que interrumpir la docencia en un centro con una población de más de 800 estudiantes.

Los profesores rechazan que por las precariedades tengan que impartir docencia en un salón facilitado por una parroquia.

Las autoridades de Educación tienen que analizar detenidamente esas protestas tan suspicaces que tanto afectan el sistema de enseñanza. Es inconcebible que maestros se abstengan de cumplir con su obligación por las condiciones que exponen los educadores de Santiago.