La periodista Altagracia Ortiz calificó hoy como un abuso y atropello del que fue víctima anoche, junto a su esposo, por una patrulla mixta integrada por soldados del Ejército y agentes de la Policía, mientras se dirigían a su residencia.
Dijo que el hecho ocurrió a las 8:45 de la noche cuando transitaba con su esposo, el médico Carlos Féliz Cuello, por la avenida Anacaona, en el Mirador Sur de la capital.
“Fue un abuso policial, porque nos dispararon y averiaron uno de los neumáticos de nuestro vehículo. Féliz les entregó la cédula y licencia, pero insistían en que les presentaran seguro y matrícula”, dijo Ortiz, quien trabaja para el periódico Hoy.
Narró que les explicaron a los agentes que se dirigirían al destacamento de la avenida Cayetano Germosén, debido a la oscuridad del lugar. La Policía no ha emitido información al respecto.
“Cuando nos dirigíamos al destacamento, por la avenida Luperón, notamos que la patrulla nos perseguía. En el semáforo de dicha vía, esquina Avenida de la Salud. Nos detuvimos porque estaba rojo, la camioneta policial se pasó delante de nosotros y dijo a los demás conductores que se detuvieran porque estábamos huyendo”, agregó.
Afirmó que un raso, apellido Cruz Acosta, disparó del lado del conductor hacia los neumáticos. ” Cuando el semáforo cambio a verde, seguimos hacia el destacamento, pero notamos que la goma estaba averiada y tuvimos que permanecer por casi dos horas y media frente a un puesto de Chicharrones”, indicó la periodista. Se quejó del comportamiento de los integrantes de la patrulla destacada en la zona.
“Mientras estuvimos ahí, llegaron y nos rodearon cerca de 30 policías armados con armas largas y cortas y varias unidades policiales rodearon el lugar”, sostuvo la comunicadora.
Aseguró que la patrulla mixta era dirigida por el segundo teniente Abreu Freddy, la cual, según dijo, realiza patrullaje en el trayecto de la casa del presidente Medina.
Se quejó por la actitud beligerante y prepotente que asumieron los policías y militares en su contra.
“Mostraron en todo momento una actitud beligerante y prepotente, parecía como si fuéramos delincuentes. Nos comunicamos con un coronel amigo, quien les habló, pero sus integrantes no le hicieron caso”, agregó.
