Las sombras que plantean la austeridad, el incremento de la tasa de interés, las variaciones de la prima del dólar y vaticinios en el sentido de que el crecimiento de la economía no excederá, como mucho, del 1.5%, hacen que el gobernador del Banco Central, cual buen estratega, intervenga con sus estadísticas para apuntalar las proyecciones y, de esa manera, evitar que el pánico se instale y cobre fuerza en la atmósfera.
La afirmación de Héctor Valdez Albizu de que la economía cerrará con un crecimiento de un 3% es también una necesaria dosis de optimismo, por más que las proyecciones se correspondan con los indicadores. En una coyuntura como la actual, en que varios sectores se quejan de la escasez de circulante, caída en la venta y carestía de productos de la canasta familiar, el factor confianza cobra más relevancia.
Hace unos días el economista Ernesto Selman, vicepresidente del Centro Regional de Estrategias Económicas (CREES), aseguró que como resultado del impacto negativo en el crédito del incremento de la tasa de interés, entre otros factores, lo más que podía alcanzar el crecimiento era un 1.5%. Y como botón de las dificultades citó que la inversión extranjera directa se contrajo en un 65% en el primer semestre de este año con relación a 2012.
Selman es de los economistas que no exponen su prestigio ni responden a intereses políticos ni particulares. De ahí que sus análisis y proyecciones gocen de mucho crédito en la opinión pública. Además de esas credenciales, el momento, no únicamente por la caída en los ingresos ni la austeridad del gasto, no es ni por asomo el más apropiado para rebosar optimismo sobre las perspectivas de la economía. Más bien lo contrario.
Valdez Albizu apoyó tanto sus proyecciones en estadísticas según las cuales hasta julio se había registrado un crecimiento de un 4%, así como en el dinamismo observado por el sector construcción. Y sobre el nerviosismo que se registró con el alza de la prima del dólar, resaltó que con la intervención en el mercado con 150 de los 200 millones de dólares que se pautaron la divisa ha perdido más de 60 puntos, lo cual, en honor a la verdad, es muy significativo.
El crecimiento del 3% que ha vaticinado el gobernador del Banco Central no será suficiente para crear empleo y combatir la pobreza, pero, en todo caso, es importante. Aun así, todavía las autoridades monetarias esperan que el Ejecutivo dinamice más la economía con la construcción de escuelas, caminos vecinales y con los recursos prometidos al sector agrícola.
Como el 3% es insuficiente para crear empleos de calidad y enfrentar la pobreza, la proyección no debería ser presumida como un triunfo. Y menos aún si se descuenta el sacrificio en que ha habido que incurrir para alcanzar la meta. Lo mismo cabe para el cumplimiento del déficit fiscal de 2.8 que se ha estimado para este año.
