El precio del petróleo, que cerró a 93.16 dólares el barril, va camino de convertirse en uno de los principales desafíos del Gobierno de Luis Abinader.

Los sostenidos aumentos van dejando a las autoridades sin más opciones que el alza de los combustibles en el mercado interno. Los reajustes para compensar el precio del petróleo conllevan aumentos en la cadena de distribución que generan disgustos en los consumidores.

Por tratarse de un factor externo, que escapa al control de las autoridades, el panorama que plantea el alza del petróleo es altamente delicado.

Y para más inquietud los expertos pronostican que en los próximos días podría escalar a los 100 dólares el barril, tanto por la demanda que ha supuesto la recuperación de la economía como por las tensiones internacionales.

El Presidente la tiene bien difícil, aunque se cuente con reservas para garantizar las importaciones del crudo.