Con el crecimiento económico de un 5.5 % que se proyecta para este año son más auspiciosas las perspectivas para combatir la pobreza extrema. Si con un crecimiento de apenas 2.5 en 2023 se consiguió una reducción de 4.7 % de la pobreza monetaria es obvio que las probabilidades para este año son mayores de seguirse la misma política social.
Ahora que se está en campaña las precariedades económicas en que subsisten muchas familias es uno de los grandes retos para los partidos y candidatos presidenciales. No se escuchan más que denuncias, pero ninguna propuesta ponderada para reducir ese 23% de la pobreza monetaria de que dan cuenta las estadísticas.
Rosa Cañete, del Ministerio de Economía y Planificación, explicó que la reducción fue principalmente rural y femenina. Estimó que a pesar del logro el desafío es enorme tanto por el elevado número poblacional en tales condiciones como por el volumen de personas con ingresos vulnerables.
Con una campaña electoral en pie partidos y candidatos deben prestar atención, no solo en términos teóricos, al drama de ese elevado porcentaje de personas que carece de los recursos para satisfacer sus necesidades esenciales.