Los 15 mil millones de dólares que reclama Donald Trump a The New York Times no son para resarcir la difamación e injuria que alega, sino para apagar una voz que considera crítica contra su gobierno.
No le importa que de prosperar la demanda el periódico pueda echar al cierre y dejar a cientos de empleados en la calle, sino silenciar un medio de comunicación que, hoy por hoy, ha sido un referente del buen periodismo.
La demanda incluye a cuatro reporteros y a la editorial Penguin Random House. El presidente estadounidense confirma con la acción judicial incoada en una corte de Nueva York que quien no aplaude sus decisiones, por más descabellas que sean, está en su contra.
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La prensa independiente y las organizaciones que representan a medios y periodistas tienen que solidarizarse con The New York Times frente a la embestida para suprimirlo del mandatario estadounidense.