La Dirección de la Policía canceló y puso a disposición de la justicia a un sargento del cuerpo vinculado a la red Cattleya, la que según el Ministerio Público traficaba y prostituía a mujeres.
Si el sargento Dionisio Mieses de la Cruz fuera el único policía relacionado con la red, habría que reconocer la prontitud con que actuó la institución en un caso que empaña más su de por sí deteriorada imagen.
Pero conforme a la investigación en la supuesta red que traía jóvenes de Colombia y Venezuela para dedicarlas a la prostitución están involucrados otros agentes de la Policía, quienes, al parecer, han contado con algún tipo de protección de sus superiores.
De ser como se ha revelado, aunque no existan dudas, la Policía tendrá que incluir en su proceso de reforma la depuración de sus filas. Más todavía cuando el propio director Eduardo Alberto Then reconoció que más de 13 mil agentes de los 35 mil y tantos que tiene la entidad solo cobran sin prestar ningún servicio.
Esa depuración, no solo para restaurar la imagen de la Policía, sino para garantizar una mayor seguridad a la población, no puede esperar. Cada vez que aparece el nombre de un agente en casos como Cattleya u otro escándalo más aumenta la desconfianza de la población en la institución.
Then, que ha tenido que lidiar con muchos sucesos protagonizados por policías, tiene que iniciar una profilaxis para que el cuerpo cumpla con su misión.
