En este país cualquiera se “engancha a político”. No se necesitan estudios ni siquiera vocación, simplemente despertar un día con la idea y con recursos económicos suficientes (muchas veces hasta de dudosas procedencias), para hacer realidad su sueño, y a través de esta noble ciencia, buscar lo que se desea: poder.
Es por ello que vemos en el seno de nuestras comunidades, a lobos rapaces, aventureros, “dioses” comunales, o a cuantas serpientes humanas vestidas de mansa ovejas uno pueda imaginar, ocupando posiciones que ni siquiera saben para qué son, solo por el hecho de que la política es la perfecta herramienta para lograr ciertos objetivos. ¡Qué pena!
Y quién o quiénes son los culpable de lo que estamos describiendo?, sencillamente la actual generación de ciertos líderes, quienes enquistados en posiciones cimeras, no importa que tengan o no poder, sencillamente no quieren darles oportunidades a una nueva generación que con los estándares modernos de nuestras realidades, trabajen a favor de ciertas comunidades.