En medio de la polvareda internacional levantada por una diligente diplomacia haitiana contra la sentencia del Tribunal Constitucional que fija los alcances de la nacionalidad dominicana, el presidente del Senado aconseja a la Cancillería iniciar una ofensiva para contrarrestar esa campaña a la que se adhieren Amnistía Internacional y la Comunidad del Caribe (Caricom).
El doctor Reinaldo Pared Pérez agrega otro ingrediente de preocupación al señalar que en Haití hay sectores externos e internos que se amparan en reclamos contra ese fallo para impulsar su verdadero propósito que es el de derrocar al presidente Michel Martelly.
Lo extraño del caso es que el propio gobierno haitiano promueve abiertamente una campaña internacional de censura a República Dominicana, como lo demuestra la reunión en Puerto Príncipe del primer ministro de Haití, Laurent Lamothe, con su par de Trinidad y Tobago para gestionar sanciones contra Santo Domingo en el seno de Caricom.
Al día siguiente, el canciller haitiano, Pierre Richard Casimir, inició una gira por naciones del Caribe para promover un documento de censura a República Dominicana, que finalmente emitió la secretaria general de Caricom.
Debe recordarse también que a pocas horas de que el Tribunal Constitucional emitiera la referida sentencia, el presidente del Senado haitiano visitó a su homólogo dominicano para advertirle que esa decisión judicial traería consecuencias negativas para el país. Más claro, ni el agua.
Amnistía Internacional ha presentado un panorama catastrófico sobre los efectos de esa sentencia, al señalar que cientos de miles de extranjeros quedarían sin nacionalidad, lo que demuestra que la investigadora de ese organismo en el Caribe, Chiara Liguori, no ha leído siquiera un dispositivo de ese fallo.
Esa decisión irrevocable del Tribunal Constitucional ya origina una bien coordinada campaña internacional contra República Dominicana, y fisuras, no solo en el seno de la sociedad, sino también a nivel del mismo Gobierno, como lo demuestra el artículo ayer en Diario Libre del ministro de Deportes, Jaime David Fernández Mirabal.
El Gobierno dominicano está compelido a movilizar a su Cancillería para contrarrestar la campaña internacional de descrédito que se ejecuta contra el gentilicio dominicano, aun se presente de lucha a favor de derechos humanos. El principio de soberanía no debería estar sobre la mesa bajo ninguna circunstancia.

