La imagen del expresidente Danilo Medina, a pesar de su proverbial tranquilidad y bien administrado silencio, resulta cada vez más empañada con los escándalos de corrupción en que se involucran a familiares y cercanos colaboradores de sus dos períodos.

Por ahora no se le ha mencionado en ninguno de los casos que investiga la Procuraduría General de la República, pero no se descarta que en cualquier momento se le cite sobre algunos de los expedientes en que se imputa a hermanos, cuñados o gente de su entorno.

No deja de llamar poderosamente la atención que el jefe de la Guardia Presidencial durante su mandato, mayor general Adán Cáceres Silvestre, y el general Julio Camilo de los Santos Viola, encargado de su seguridad personal, estén detenidos por las operaciones Coral y Coral 5G.

A los dos se les acusa de enriquecimiento ilícito y alarmantes irregularidades durante las gestiones de Medina. El exmandatario no ha hecho comentarios sobre las acciones contra la corrupción que se habría cometido en sus gobiernos ni tampoco se ha apartado del quehacer partidario.

El exprocurador Jean Alain Rodríguez es la figura de más relevancia que ha caído en la oleada contra la supuesta corrupción del pasado, pero se asegura que otros cercanos colaboradores del líder del PLD están en la mira.

Medina podría resultar ileso del vendaval, pero la detención de gente de confianza de su entorno, familiares incluidos, lo colocan en una incómoda posición, con un futuro incierto.