Yo no digo nunca lo que creo, ni creo nunca lo que digo, y si se me escapa alguna verdad de vez en cuando, la escondo entre tantas mentiras, que es difícil reconocerla.“ Con esta frase Nicolás Maquiavelo prácticamente identificaba en el siglo XVI la esencia actual de la posverdad.

La misma es una especie de mentira emotiva que distorsiona deliberadamente una realidad, haciendo primar las creencias y emociones sobre la razón con el fin de influir a la colectividad.

Después de la Segunda Guerra Mundial a finales de los años cuarenta la humanidad fue capaz de desarrollar un potencial bélico capaz de producir su propia autodestrucción.

Luego creó y potenció otros medios no bélicos, como en la comunicación el Internet, y diversas plataformas como el Facebook, Twitter, Instagram, etc, que han podido influenciar desde las inteligencias nobles, hasta contaminar los principios éticos, valores morales y cívicos de la sociedad global.

Es una realidad que todo el conocimiento está en Internet, pero mezclado muchas veces entre verdades y mentiras a medias, calumnias, insultos, injurios, en ese llamado “Fake news” , donde los hechos objetivos tienen menos influencia que la emoción y a las creencias personales, todo siendo secuela de la posmodernidad.

“En el mundo hay mentiras, grandes mentiras y estadísticas”. Esta cita atribuida a Winston -Churchill, aunque otros la adjudican a Mark Twain, confirma el gran reto en esta era de la posverdad y posmodernismo de desenmascarar las falacias y falsedades que circulan por Internet, convertida en una especie de basurero universal, pero que a la vez contiene todo el conocimiento del mundo.

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Como dijo Fernando Vallespín, el Internet es el reino de la mentira, pero también el de la libertad.

La posverdad definida en la política como “el mundo al revés”, fue la palabra del año, según el prestigioso diccionario de Oxford y ha sido utilizada para tratar de explicar el instinto y la sensación anti-establishment que catapultó a Donald Trump a la presidencia de EE.UU., hizo ganar al Brexit, la opción para salirse el Reino Unido de la Unión Europea, la de Bolsonaro en Brazil, y probablemente Javier Milei en Argentina en el 2023.

Las raíces de la posverdad se encuentran en el posmodernismo y el relativismo, donde todo es relativo, se inventan historias y ya no existe la verdad abosluta, ha abierto la puerta sin querer a un tipo de política donde la emoción supera la razón, ni nada es totalmente verdad ni totalmente mentira.

Podemos concluir que la posverdad es el arte de hacer creer, sin importar la verdad ni la mentira ni la razón, una especie del fin que justifica los medios.