Luis Miguel De Camps
El ministro de Educación, Luis Miguel De Camps, afronta su primera prueba con el paro indefinido convocado por las filiales de la ADP en San Francisco de Macorís y Salcedo.
De Camps exhibe ecuanimidad al convocar a un diálogo a los dirigentes del gremio en ambos municipios para buscar una solución al conflicto. Pero el funcionario debe tener bastante claro que más de 22 mil estudiantes de más de 300 centros no pueden pagar las consecuencias de la represión contra una comisión del gremio que los dirigentes atribuyen a la Policía.
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De Camps puede mediar para que se investigue el incidente, pero no permitir lo que sería un irrespeto al principio de autoridad. Con la convocatoria de un paro indefinido en protesta por la represión policial los dirigentes de la ADP en San Francisco de Macorís y Salcedo trillan el sendero de la insensatez.
El Nacional
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