Regidores descarados

Los regidores de Santiago son piedra de escándalo nacional por el descaro de legislar para beneficio propio en su ámbito con una decisión que repercute al país, impacta finanzas públicas e irrita al más insensible por su irracionalidad, abuso, inmoralidad e inconstitucionalidad.

Los miembros del órgano legislativo municipal decidieron, en esta transición, elevarse sus ingresos de 130 a 210 mil pesos mensuales para un incremento del 60 por ciento, sangría mensual de cerca de nueve millones y más de 100 anual para el grupo de 41 concejales.

También favorecen con alza al alcalde y vicealcaldesa. El próximo administrador municipal de Santiago, actual presidente de Cámara de Diputados, devengaría 450 mil pesos mensuales, 190 mil más del salario vigente, en una entidad que acumula deudas a suplidores de casi mil millones.

La sesión en que fue aprobado este adefesio, iniciativa de Cándido Álvarez, tiene características particulares porque de los 31 ediles presentes 16 levantaron su mano afirmativamente para auto favorecerse 15 que lograron la reelección y tendrán otro período municipal.

La irracionalidad y desproporcionalidad no tienen parangón frente a la precariedad económica del ayuntamiento santiaguero, es un abuso de poder que excede la prudencia, una inmoralidad e inequidad de cara a los magros sueldos de servidores municipales como los trabajadores de limpieza.

Esta decisión, con precedentes parecidos en otros grandes cabildos e implicaciones directas en ulteriores pensiones, debe ser rechazada y enfrentada no solo en el plano declarativo sino con acciones que conlleven su nulidad jurídica por ser dolosa y lesiva a la municipalidad.
La actitud de regidores santiagueros colide con corrupción proscrita en Constitución porque han proporcionado “ventajas a sus asociados, familiares, allegados, amigos o relacionados” y violan principios de eficacia, igualdad y transparencia, además de establecer privilegios particulares.

Esta descarada alza salarial de regidores es inmoral, inoportuna e impracticable.