Los nuevos escándalos que salpican las más encumbradas personalidades del ex gobernante Partido de la Liberación Dominicana (PLD) es algo verdaderamente lastimoso, vergonzoso y hasta si se quiere, asqueante.

Mal harían los altos dirigentes del partido morado, si continúan guardando ese silencio muchas veces hasta cómplice por omisión, y con valentía no les salen al frente a este nuevo rosario de acusaciones de actos de corrupción, que repetimos, están salpicando muy de cerca a figuras del muy primer nivel de la citada entidad política.

Los informes (ciertos o no) que han salido a relucir a través de los diversos medios de comunicación, en donde se señalan a señeras figuras pertenecientes a la elite morada, de verdad que nos ponen a reflexionar si este país, soportaría un grado corruptor del tamaño que se nos está informando.

Tarde o temprano y si los casos continúan votando la pus que se nos está mostrando, las denuncias y como frutos de las investigaciones hechas por un Ministerio Público que según se observa está trabajando, podrían continuar, y de paso, hasta podrían dejar muy mal parado el futuro inmediato de esa organización.

Mi humilde consejo como politólogo, es que el PLD y a la mayor brevedad posible, emita una declaración oficial sobre los tantos temas en donde sus dirigentes y allegados apresados, se sientan respaldados por el partido y/o gobierno que le dio la oportunidad de ejercer sus funciones en la pasada administración que dirigió el Lic. Danilo Medina Sánchez.

De lo contrario, esas gentes que están siendo acusadas, al sentir la terrible soledad e indiferencia de sus antiguos compañeros, y con acusaciones muy serias y con posibilidades de sentencias muy pronunciadas, mal pudieran para ellos, comenzar procesos negociadores en donde todo podría apuntar hacia la dirección que muchos en este país, con razón o sin razón venimos sospechando.