Editorial

Quiebra de productores

Quiebra de productores

Aunque aún no se logra una vacuna para prevenir la peste porcina africana, las condiciones de hoy no son las mismas de hace 43 años, cuando a causa del virus hubo la necesidad de eliminar todos los cerdos.

En 1978, cuando afloró la peste, la población porcina en su mayoría pertenecía a granjas improvisadas, cuyos criadores no cumplían con parámetros mínimos de sanidad animal, contrario a la actualidad cuando el 87% de la producción porcina proviene de granjas formales.

Los expertos sugieren que el sacrificio de cerdos se circunscriba a áreas ya afectadas, con la aplicación de rígidos controles sanitarios, aunque la industria porcina nacional corre peligro de quiebra por bajo consumo, depresión de precios, incremento de importaciones y altos costos de los insumos.

Es por eso que el Gobierno está compelido a acelerar el sacrificio de cerdos en riesgo de contagio, disponer de un programa de compra masiva de animales con más de cien kilos de peso para su refrigeración y venta directa a la población, así como proveer facilidades a los productores que incluyan mora o pignoración para los productores.

El Nacional

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