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Conflicto salarial
No termina

De tanto esperar y con la expectativa que crearon los sindicalistas, los trabajadores deberían ser los más disgustados con el alza salarial de un 14% que dispuso el Gobierno para el salario mínimo. Pero resulta que los inconformes son los empleadores, porque el Comité Nacional de Salarios decidió el aumento dejando de lado la reclasificación que exigían de las empresas. Durante un diálogo tan prolongado e incidentado, en que entre todos se acusaron de tácticas dilatorias, los trabajadores abrigaron la esperanza de un incremento más significativo. Y más con el crecimiento y la estabilidad de la economía que tanto ha ponderado el sector empresarial, además de la presión del propio Gobierno a favor de una mejoría salarial para estimular el consumo. Como si el alza constituyera un golpe mortal el sector empresarial la ha calificado como una imposición. Se basan los empresarios en que supuestamente no se respetó el debido proceso de la ley 187-17 ni se les dio la oportunidad de realizar un cuarto intermedio ante la votación para analizar la propuesta del 14%. Por más que los alegatos de los empresarios se correspondan con la verdad no se puede perder de vista  que los actuales salarios no compensan el costo de la vida. No será cuestión de humanismo, pero los empresarios deberían ser un tanto más comprensibles, sobre todo tratándose de un aumento que está muy por debajo de las necesidades del trabajador. Y si los números de la economía no son tan azules como se pintan, entonces deben tener el valor de reclamar los cambios necesarios.