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Fadul

Trasquilado

 

El ministro de Interior y Policía, José Ramón Fadul, se descalifica con las dudas que sembró sobre la operación de la peluquería de Villa Vásquez que saltó a la palestra por el incidente en el establecimiento por el que fueron detenidos para ser procesados agentes de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) y la exfiscal del municipio, Carmen Lisset Núñez.

Tras el escándalo el funcionario ha cuestionado que una barbería en una localidad tan pequeña y lejana cuente con equipos que considera modernos como aire acondicionado y cámara de filmación. Antes de la contundente respuesta del propietario del centro, se advierte que el funcionario disiente del progreso que propaga el Gobierno, además de ignorar la inseguridad que campea por el territorio.

Sería inconcebible que las dudas sembradas por Fadul pudieran responder a algún tipo de retaliación.

Si el funcionario tenía alguna sospecha no tenía más que ordenar una investigación, pero jamás reaccionar después que la Procuraduría General de la República verificara que durante el allanamiento de la fiscal Núñez y los agentes de la DNCD se colocó droga en el establecimiento.

Al reaccionar sobre las insinuaciones del funcionario, Otoniel Gutiérrez Cruz, uno de los propietarios de la peluquería, señaló que la juventud que trabaja honradamente tiene derecho a progresar, además de calificarlo como una “vergüenza para la sociedad”.

Como el que resulta trasquilado, lo sorprendente es que Fadul nada dijera sobre la conducta de los agentes de la DNCD ni de la ministerial que intervinieron en el escándalo.

El Nacional

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