El pasado lunes 15 se produjo, por cortesía del Centro Cultural Banreservas, una función por invitación del drama Rafaela (Tito Rodríguez/Judith Rodríguez, 2022) tras la cual se desarrolló un conversatorio revelador exponiendo los detalles y las circunstancias en que se hizo posible llevar a término un proyecto que tomó once años para plasmarse en la pantalla grande, desde el momento en que fue concebido como plan de cine (2011-2022).

La función privada se transformó al final en un homenaje con la entrega de placas personalizadas basadas en el cartel de la película, realizadas por Logomarca.

La exhibición de Rafaela fue un acto de justicia y un enfoque revelador de lo complicado que resulta hacer una película sobre una realidad que no es la que se presenta ordinariamente de lo que somos como comunidad nacional.

Las placas fueron un generoso aporte de Logomarca, empresa que se sumó al homenaje. La función privada, que incluyó la presentación del corto original de 2011 como trabajo de grado de la entonces estudiante de comunicación (con enfoque audiovisual) Judith Rodríguez, para la Escuela de Comunicación de PUCMM, y que fuera introducido por la directora Ana Bélgica Güíchardo. Judith logró un corto que prometía ser semilla de un proyecto de largometraje, pero plantearse eso era mucho. Se hicieron esfuerzos infructuosos entre 2011 y 2016 cuando se comenzaron a crear las condiciones, tras la decisión del director Tito Rodríguez, que le vio condiciones para desarrollar un largometraje.

Pero cada uno de los años que siguieron al 2016, solo se conseguían como inversión segura, seis millones de pesos menos de la tercera o cuarta parte del presupuesto mínimo para desarrollarlo.

En el panel, en que participaron, entre otros, Danilo Reynoso (productor), Luis López (representando a Archie López, productor asociado), Judith Rodríguez (protagonista y creadora de historia), Angurria (creador del poster) y la actriz Marisabel Marte (actriz).

Esa presentación de Rafaela en sus dos versiones, fue un exponer una experiencia que nos habla de proezas del arte, de voluntad inquebrantable ante dificultades extremas. Rafaela es el triunfo de la voluntad de hacer un cine cuando todas las puertas parecen cerradas.