El presidente Luis Abinader deberá ser indefectiblemente el candidato presidencial del Partido Revolucionario Moderno –PRM- para las elecciones programadas para mayo del 2024, por ser el activo más confiable de esa organización política para retener el poder.

Y es que dentro de la estructura del partido de gobierno no hay un solo dirigente con posibilidades reales que pueda superar la popularidad, arraigo y confianza que el actuar mandatario representa para la mayoría de perremeistas.

El presidente Abinader se ha ganado la confianza de la dirigencia y militancia de base del PRM por su buena ejecutoria al frente del gobierno por lo que merece una oportunidad de encabezar la boleta en los comicios presidenciales del 2024.

El accionar limpio y transparente con que se ha manejado el mandatario al frente de las cosa pública es una muestra más que fehaciente de que se puede gobernar sin corromperse, contrario a lo que ha sucedido con gobernantes que les han precedido en la conducción del Estado.

Dentro del PRM hay aspirantes muy buenos que deben esperar su turno porque en la actualidad la figura de Luis Abinader les supera con creces para encabezar la boleta electoral del partido oficial en la contienda del 2024.

La economía crecerá 4.5% el año próximo. Abinader está comprometido con los consumidores y con todos los sectores sociales. La colaboración de los comerciantes y otros sectores es trascendental para enfrentar la crisis que heredó el mandatario.

El gesto de los comerciantes es el mismo expresado por otras entidades en apoyo a las políticas para institucionalizar el comercio y las actividades productivas. Resultado de esas políticas es que el crecimiento económico de este año se proyecta en alrededor de un 5.4% y para el entrante, que los organismos internacionales han vaticinado que será tormentoso en la región, de un 4.5%.

Hay muchos factores que sustentan la necesidad de que Abinader continué al frente de la nación a partir de 2024. Gracias a su capacidad de trabajo y su compromiso con el desarrollo de la nación se trillan los senderos del progreso real, no ficticio.

Por: Luis Santamaria Santana
ld.santamaria52@gmail.com