Articulistas Opinión

Relevo de pruebas

Relevo de pruebas

Luis Pérez Casanova

En un artículo publicado el 31 de octubre en El Nacional, titulado “Ni Sidney ni petróleo”, resaltaba que de no ser por la temprana advertencia del presidente Luis Abinader en los foros internacionales en el sentido de que la solución a la crisis haitiana no estaba en República Dominicana, Estados Unidos, para evitar comprometerse con el conflicto, hubiera buscado la manera para que este país cargara con el problema.

El rodeo con que Washington ha evadido la creación de una fuerza internacional para garantizar la seguridad y la gobernabilidad en Haití evidencia que la fórmula no era de su agrado. Con el liderazgo en la región y su condición de primera potencia económica el Tío no tendría mayores inconvenientes en el despliegue de tropas en la vecina nación para aniquilar las pandillas que asolan el territorio.

En el interín el Gobierno norteamericano se ha decantado por unas sanciones para guardar las apariencias, consciente de que no darán resultado.

La resistencia y la advertencia de Abinader para cargar con la crisis haitiana provocó que Estados Unidos dejara de disimular y estallara con una acusación infame, que no se corresponde con la realidad, al dar cuenta de supuestos informes de que negros de su país eran fastidiados aquí al confundirlos con haitianos.

A confesión de parte, relevo de pruebas. Lo malo es que de esa manera se estimula la presión y la animadversión , sobre todo de sectores todavía resentidos con la nefasta sentencia del Tribunal Constitucional que define la nacionalidad dominicana.

Resulta y viene a ser que mientras Estados Unidos quiere que este país acoja a los inmigrantes ilegales haitianos en condición de refugiados, los echa de su territorio como si fueran bestias salvajes.

Todavía estremecen las escenas de soldados a caballos persiguiendo con látigos a nacionales de la nación vecina que llegaron a Texas a través de la frontera con México. Washington ostenta, por demás, el ominoso trofeo de ser la nación que más haitianos ha repatriado en lo que va de año, mientras por aquí, en un gesto solidario, se les han brindado servicios médicos que según las autoridades tienen un costo de más de 10 mil millones de pesos.

Pero no hay mal que por bien no venga. El rechazo ha sido unánime, amén de que la desafortunada acusación de Estados Unidos ha contribuido a unificar a los sectores de poder y toda la población en torno a la política migratoria del presidente Abinader. Si en lugar de extensa miseria Haití contara con petróleo, tierras raras u otros recursos en su territorio la actitud de Washington sería muy diferente. No diera tantas vueltas para intervenir en una crisis que con el paso del tiempo no hace más que empeorar.